Todo es ya motivo para el encendido de las alarmas y, aunque el problema está extendido por todo el continente, la preocupación se acrecienta cuando vemos cómo discurre el día a día en este país único y desgraciado que aún se llama España. El populismo y las inmigraciones ilegales son dos problemas a los que habrá que poner coto a fin de que lo peor de nuestra Historia no se repita. La sociedad se ha quebrado y lo peor de todo es que los extremismos han renovado energías para temor de una ciudadanía estupefacta. Los incidentes ocurridos en Pino Montano con la agresión de unos neonazis debería ser la gota que le pusiese coto a la capacidad del vaso. Y la autoridad está perentoriamente obligada a tomar medidas para que no haya provocaciones ni reacciones que se sabe cómo empiezan, pero que nadie puede adivinar cómo va a terminar una película tan de miedo.
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