A toro pasado

Los debates, las dudas, deben ser al principio, pero no con la obra a punto de terminar

Noticia de estos últimos días es la apertura a la circulación de la calle Ramón y Cajal en el tramo afectado por las obras del túnel del tranvía, desde el apeadero de San Bernardo hasta San Francisco Javier. Y han comenzado algunos comentarios sobre lo reducido que han quedado los pasos, un carril por cada lado además del de autobuses. ¿Es que no se habían fijado hasta ahora? Lleva mucho tiempo la obra del túnel, primero con los nuevos colectores, después las pantallas y muros de separación, la retirada de tierras, etc. Y todo ello a la vista de los transeúntes de Ramón y Cajal, de los estudiantes de las facultades universitarias limítrofes y de todos los que se han vacunado de Covid en los centros públicos adyacentes. Comprendo que ahora es más trascendente porque está ya aquí y se puede pensar si va a ser beneficiosa la instalación del tranvía y en qué medida mejorarán la circulación y si además va a mejorar la vida del barrio. Por cierto, la circulación ha estado cortada durante meses y se han utilizado vías alternativas y tampoco ha pasado nada, lo digo porque a lo mejor los que piensan en los problemas, no han pasado por allí en todo este tiempo.

Para que no haya duda diré que el tranvía es un buen sistema de transporte en la ciudad y cada vez lo utiliza más público y más que lo utilizarán en el futuro inmediato, cuando circule el tranvía de Luis Montoto hasta la Plaza Nueva y finalmente desde Santa Justa, llevando a los viajeros hasta el mismo corazón de la ciudad y viceversa. A estudiantes y profesores que irán a las distintas facultades que hay en el recorrido, que son muchas. O los aficionados que podrán acudir al Sánchez Pizjuán con toda facilidad, además de los que ya lo hacen en metro. A pesar de los posibles beneficios siempre hay que tener una actitud crítica con los servicios públicos. Que se tengan en cuenta los compromisos adquiridos por el Ayuntamiento, como el de mejorar las arboledas de San Francisco Javier y si todo lo construido responde a lo prometido, si la operativa es la correcta o se puede mejorar. En definitiva, que la ampliación del tranvía sirva para lo que se ha construido y con las formas prometidas y los costos autorizados. Pero no veo oportuno que se pueda pensar siquiera en replantear el debate a origen. Me parece inadecuado, estéril y además frustra. Ya no es el momento. Sí lo es de analizar y fiscalizar los resultados, de calidad y funcionalidad, y los errores cometidos para que no se repitan y contar las mejoras realizadas simultáneamente en los saneamientos, por ejemplo. Los debates, las dudas, deben ser al principio, pero no con la obra a punto de terminar. Asociaciones ciudadanas, colegios profesionales, agrupaciones de vecinos y comerciantes afectados, todos ellos deben ser siempre escuchados por la corporación municipal y comprometerse a que lo realizado responda a criterios técnicos y ciudadanos. Pero en su momento, cuando todo es gasto de papel y horas de reflexión. A toro pasado no, por favor.

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