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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

La tragedia de un bailaor sevillano

El Ballet Nacional revive la historia del bailaor sevillano Félix Fernández García que admiró a Diaghílev y Massine

El Ballet Nacional de España recupera el montaje de 2004 que recreaba la vida del bailaor sevillano Félix Fernández García -Félix el loco- olvidado por su ciudad y por casi todo el mundo salvo por los profesionales de la danza. Nacido en Sevilla en 1893 este bailaor tuvo la suerte o la desdicha de ser descubierto en 1916 (según unas versiones en Sevilla y según otras en Granada) por un trío de genios: Serguéi Diaghílev y Léonid Massine, director y coreógrafo de los Ballets Rusos que ese año hacían su presentación en España invitados por Alfonso XIII que les ofreció asilo y actuaciones en la España neutral por mediación de Manuel Escrivá de Romaní, Conde de Casal, y Manuel de Falla, que les había sido presentado por Stravinski, en esos días en España para asistir al estreno de El pájaro de fuego y Petrouchka.

Quedaron tan impresionados por el bailaor que cuando un año más tarde volvieron a coincidir en Madrid -Falla estrenando en el Eslava la pantomima El corregidor y la molinera con dirección de Martínez Sierra, figurines de Penagos y dirección de orquesta de Joaquín Turina, Félix Fernández actuando en el Novedades y Diaghílev y Massine presentando en el Real su compañía- el sevillano fue contratado como asesor de bailes españoles de los Ballets Rusos. Diaghílev había convencido a Falla de que convirtiera su breve y austera pantomima en un ballet que se llamaría El sombrero de tres picos. El bailaor enseñó a los bailarines los pasos flamencos y otros bailes españoles, como la jota que cierra triunfalmente la obra, dictó a Falla los ritmos de la famosa farruca y viajó con ellos a Londres para preparar el estreno que tendría lugar, con figurines y decorados de Picasso, el 21 de junio de 1919 en el Alhambra Theatre. Y ahí comenzó su tragedia.

El sevillano debía interpretar el papel del molinero -Picasso lo pintó ensayándolo con Tamara Karsániva- pero la estilización de la coreografía y su incapacidad para sujetarse a la disciplina fueron creando una creciente tensión que estalló cuando se le obligó a ensayar con un metrónomo. Completamente enajenado fue encontrado en la iglesia de Saint Martin in the Fields bailando -se cuenta que desnudo- obsesivamente la farruca hasta desvanecerse. Massine y Karsániva estrenaron la obra mientras el desdichado bailaor sevillano era internado en un asilo de Epsom donde fallecería, sin recuperar la cordura, en 1941.

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