Soy un habitual del Parque Infanta Elena, ya que me gusta hacer un poco de deporte, a poder ser por las mañanas temprano, y lo que se ve últimamente en esta zona verde es para llorar. Son indignantes las consecuencias de las botellonas cualquier fin de semana. Junto a cada banco de madera hay una papelera, pero nuestra juventud, haciendo gala de su exquisita educación se dedica a espurrear sus bolsas, botellas, vasos y demás útiles para el divertimento por todo su alrededor.
Al día siguiente ya vendrán los señores de mantenimiento para dejarlo todo recogido, deben de pensar estos chavales. A escasos 200 metros hay una comisaría de Policía Local, ¿sería mucho pedir que éstos se diesen una vuelta por el parque, con las luces apagadas, claro, a las horas que todos sabemos que se producen estas reuniones? O, mejor aún, que el sr. alcalde o el delegado del Distrito viniesen algún domingo temprano para ver in situ lo que nos encontramos a menudo los vecinos de esta zona. Seguramente se echarían las manos a la cabeza.
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