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Francisco Borrego

Disconformidad con un artículo de Amparo Rubiales

Hace algunos días felicité a don Carlos Navarro sobre un soberbio artículo, “Dios mío, ¡qué solos se quedan los muertos!”, como en otras ocasiones he felicitado a don Francisco Correal y a don Carlos Colón, pero hoy quisiera demostrar mi repulsa al artículo titulado “Es el patriarcado” de la señora socialista Amparo Rubiales.

Tal como dice ella, no iba a escribir esta contestataria carta, mas no puedo quedarme impasible por algunos de los mensajes y misivas en ella lanzados. Luché contra el franquismo, me puse, poco, delante de los grises; en aquel tiempo, aunque la juventud me hacía imprudente, no era tan loco. Tengo 63 años y en la extinta Sevillana de Electricidad, en aquella torre oscura que era por entonces el edificio de Avenida de la Borbolla, fui delegado de personal por UGT durante más de 20 años. Ni que decir tiene que salí asqueado por ello.

Conocí a grandes compañeras que hoy desgraciadamente no se encuentran con nosotros y en la Avenida Blas Infante igualmente, así como otras a las que había que echarles de comer aparte. Con ello digo que en todos sitios cuecen habas y que, como dijo el torero, “hay gente pa tó y pa tóa” en alusión al desterrado neutro que no os enteráis aún de su existencia, o mejor, no queréis enteraros. De su artículo me quedo con el párrafo final que viene a decir algo así como que tenemos que luchar todos (hombres y mujeres) por la igualdad. Pero no como personas como usted y muchas otras entienden y hacen.

Se quiere escudar en que hubo muchos actos que no se critican, incluidos los que atañen a mi fe. Se lo compro, aunque viene bien decir aquello de “mal de muchos consuelo de tontos”. Lo que usted omite con clara intención es que si el partido que gobierna con separatistas y terroristas hubiera actuado en el momento preciso, quizás no se hubiera llegado a esta situación. ¡Es el Gobierno en la nación, cogido con alfileres, quien tenía la potestad de obrar en consecuencia ante los primeros embates de esta terrible pandemia, máxime cuando China se encontraba en una situación grave! Pero sucumbió a otras cuestiones que media España sabe: había que hacer por bemoles la manifa.

Probablemente mi educación católica le justifica a usted de mi manera de criticar, pero nada más lejos de la realidad. Gracias a ella adquirí una escala de valores que me permite discernir lo correcto de lo intencionado. No hay que acabar con el patriarcado: ¡hay que acabar con el machismo y el feminazi! ¿Se entera de una vez por todas? Y, señora Rubiales, no mencione la corrupción, que su partido sabe mucho de ella. 

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