Skynet era el sistema informático que en la saga de películas de Terminator acaba con la humanidad haciendo uso de temibles máquinas despiadadas y despojadas de toda humanidad. James Cameron no lo sabía, pero hizo una formulación primitiva de la actuación de un algoritmo: despiadado y focalizado en el objetivo de su programación. Los algoritmos nos guían como asnos siguiendo una zanahoria atada a una pértiga. Programados para predecir qué contenidos nos gustarán, adelgazan nuestra dieta de medios y anulan nuestro pensamiento crítico consiguiendo lo que parecía imposible, poner vallas al campo y reducir el universo a una burbuja de resonancia del odio. Si no permitimos que nos gobiernen robots no debemos permitir que así pase en el ciberespacio y, aquí se pondrá peor, en el venidero metaverso. Reivindiquemos nuestra presencia como humanos y no como producto. Exijamos la publicación del código de los algoritmos que tanta influencia están teniendo en nuestras relaciones y hagamos que la humanidad vuelva a tomar el control.