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Tribuna

Juan Ramón Medina Precioso

Los jacobinos por la igualdad

Los jacobinos por la igualdad

Los jacobinos por la igualdad / rOSELL

El pasado 6 de noviembre, en la madrileña sede de la Fundación Carlos de Amberes, el grupo de pensamiento El Jacobino celebró un acto consistente en una serie de breves intervenciones de conocidos políticos y profesores sobre La izquierda por la Igualdad. Contra los Privilegios. Todos ellos se pronunciaron contra la amnistía que los socialistas y los comunistas están pactando con los separatistas vascos y catalanes.

Entre los que hablaron se encontraban el profesor Carreras, especialista en Derecho Constitucional, que contribuyó a fundar el primer Ciudadanos, que se definía como socialdemócrata y españolista. Y que ganó las elecciones autonómicas en Cataluña. También intervino Soraya Rodríguez, que ocupó importantes papeles en el PSOE, como el de dirigir la Comisión de Igualdad. Y también Ángel Pérez, antiguo dirigente obrero de Izquierda Unida. Y cerró el acto Guillermo del Valle, el joven abogado que promueve la expansión de Jacobinos.

Puede parecer redundante que un grupo de izquierdas reclame la igualdad, cuando ese es un objetivo consustancial a los partidos socialdemócratas, socialistas y comunistas desde su mismo origen. Sin embargo, tiene sentido porque, curiosamente, todos los partidos relevantes de izquierda en España consideran que no viven en una nación, sino en un Estado plurinacional. Y no ponen ninguna pega a las desigualdades territoriales, sino que propician todo tipo de privilegios y prebendas a las regiones más acaudalas. En ese sentido, el trueque de amnistía por votos no es más que otro paso, aun de suma importancia, en la senda de la desigualdad territorial que tan gustosamente recorren.

Por tanto, será útil Jacobinos, cuyo nombre nos evoca al grupo de revolucionarios que durante la revolución francesa defendían no solo la libertad, la igualdad y la fraternidad, sino también la indivisibilidad del territorio de la república. Y ese es un objetivo de gran actualidad en España. Se burlan los partidarios del enfoque plurinacional de las quejas de que está rompiéndose España, pero no comprenden que romper la caja única de la Seguridad Social es romper España, que ceder las redes ferroviarias a las regiones es romper España, que establecer diferencias sistemáticas entre unas regiones y otras es romper España. En resumen, que propiciar la desigualdad entre los españoles según la zona donde residan es romper España. Porque España es, o debería ser, la unidad más amplia de inclusión social y de redistribución a través de los impuestos. Astillar ese ámbito de solidaridad perjudica a los españoles con menos recursos en beneficio de las capas altas de las regiones más desarrolladas. Con la notable excepción de Madrid, que es la región que más contribuye a la caja común española y nunca se ha oído decir a ninguno de sus gobiernos que España les roba. Precisamente muchos de los que antaño defendíamos una España federal lo hacíamos desde la convicción de lo que le faltaba al sistema autonómico eran normas que asegurasen la cohesión y la solidaridad entre las distintas regiones. Afirma Alfonso Guerra, que tan importantes papeles jugó en la articulación del PSOE en el periodo de la transición a la democracia y en los primeros gobiernos socialistas, que el federalismo es un debate nominalista, pues ya vivimos en una España federal. Modestamente, me atrevo a matizar que, en efecto, las comunidades autónomas detentan tantas competencias que se podría identificar nuestro sistema con uno de tipo federal, solo que faltan instrumentos para fortalecer la solidaridad interregional. Después de todo, la palabra federal proviene de una que significaba pacto. Así que, si bien nuestra federalización se ha producido por desconcentración más que por agregación, es imprescindible que también se establezcan métodos de igualación en rentas, infraestructuras y desarrollo socioeconómico en lo geográfico. En ese sentido, podría ser de interés un partido de izquierdas igualitario no solo en lo social, sino también en lo territorial. No un partido centrista, pues en la derecha ya hay partidos que, al menos teóricamente, defienden la unidad española, sino un partido que aglutine a socialdemócratas y socialistas. Porque, sorprendentemente, ese partido no existe en España. Un aspecto menor, pero muy significativo: ese partido debe ostentar las mismas siglas en todas las regiones españolas, combatiendo incluso en lo simbólico que todas ellas forman parte de un mismo sistema de solidaridad y desarrollo.

Al final de su intervención de cierre del acto, Guillermo del Valle anunció que Jacobinos está preparando una candidatura para las elecciones europeas. Puesto que toda España es una circunscripción única en esa convocatoria electoral, es óptima para su ideario. Recordemos que Izquierda Unida surgió a raíz del referéndum sobre la permanencia de España en la OTAN, y que Podemos nació tras la crisis económica de 2008. Podría ocurrir que la amnistía a los separatistas a cambio de la investidura sirva de plataforma de despegue para el partido de los jacobinos.

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