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Muchas veces los mediadores decimos que somos valedores de la comunicación. Las personas en conflicto necesitan de nuestra traducción para poder encontrar puntos de acuerdo, pero en esta ocasión prefiero hablar de las dificultades que nos encontramos. Esos nudos, que, si no somos capaces de "desatar", tampoco seremos capaces de reforzarlos y hacer que las personas apuesten por la mediación.
Pero, ¿qué es un nudo para nosotros? Tengo un "nudo" en la garganta; otros hablan de un "nudo emocional"; "no sé cómo va usted a deshacer este nudo"…
Un nudo es un lazo que puede apretarse y cerrarse de manera tal que, mientras más se tira de sus extremos, más se aprieta. Por lo general, resulta difícil que el nudo pueda desprenderse por sí mismo. Por ejemplo: "voy a sujetar la lona con un nudo para evitar que se vuele"; "¿me ayudas a abrir la bolsa? El vendedor cerró el nudo demasiado fuerte"; "hace dos horas que estoy tratando de desatar este nudo y no puedo". Son frases vulgares que oímos cada día, pero que a los mediadores nos llevan a viajar por los nudos que nos encontramos en el conflicto, ya que nuestra misión es tanto deshacer un nudo que impide que vean más allá de lo ocurrido, como a su vez, elaborar un nuevo nudo que consiga que el acuerdo sea duradero.
En otros ámbitos como en la náutica o el montañismo, los nudos son imprescindibles para garantizar la seguridad de las actividades y para evitar que se pierdan las cuerdas y -por lo tanto- sufrir imposibilidades en la navegación o la escalada.
Siguiendo esta misma "literatura", existen otros usos en los que recurrimos a la palabra "nudo", como -por ejemplo- la inflamación que se genera en determinados tendones o huesos por enfermedad o accidente; también el tronco del que salen las ramas de un árbol; o cuando mencionamos los acontecimientos que se encuentran entre la trama y el desenlace de las narraciones.
Por lo tanto, podemos decir que los nudos se interpretan de varias maneras, pero quiero que apostemos/apostéis por la mediación para gestionar vuestros "nudos".
En nuestro trabajo, nos referirnos a la importancia de dar con la información necesaria, cuando en un conflicto necesitamos saber cuál es el "nudo" que impide la soltura de las versiones de cada parte. También podemos pensar en la importancia de las emociones cuando no se manifiestan, porque muchas veces el "nudo" impide mostrarlas con claridad. A veces podríamos hablar de la clave del problema, del "nudo" del conflicto. Y si me permitís, también valdría el "nudo" de la argumentación o la "velocidad" en las distintas sesiones de mediación, cuando ya vamos "a velocidad de crucero", medida de velocidad que se utiliza en la navegación por aire y por mar.
Y si nos referimos por ejemplo a los "nudos" emocionales, son aquellos que a quien los sufre, impiden tener libertad de decisión, por cuanto suponen decepciones, bloqueos, falta de capacidad, por culpa de una "madeja mental". Este tipo de "nudo" supondrá -y hemos de estar preparados- que quien los sufre se encuentra anclado en el pasado y no es capaz de mirar más allá, a su futuro. Ahí los mediadores debemos ser capaces o de derivar a expertos o de saber desenlazar el mismo, porque la mayoría de las veces quien sufre un "nudo" intentará huir de lo ocurrido. Y para ello la única fórmula, es el análisis de lo ocurrido y la paciencia. Muchas veces hemos escrito ya sobre la paciencia, pero se antoja fundamental si queremos desenredarlo.
Aristóteles decía que "no se puede deshacer un nudo si no sabemos primero cómo está hecho".
La psicología Gestalt nos impulsa a trabajar la toma de conciencia sobre todo aquello que acontece en nuestro interior, impulsando a su vez un sentido auténtico de responsabilidad con nosotros mismos. Hacerles responsables en una mediación, de sus propias soluciones, requiere una gran formación en este campo. Trabajemos por tanto el aquí y ahora, que nos ayudaran en todo momento a deshacerlo.
Y por último me referiría al "nudo legal". Ese que nos tiene en vilo, porque no sabemos bien interpretar una norma o en su caso, motivar o reflexionar sobre tal o cual cuestión. Yo siempre animo a los alumnos a profundizar en las exposiciones de motivos y los preámbulos de las normas. Allí donde el legislador expone cuál fue su intención a la hora de promulgar esa norma ya que, ello nos ayudará a entenderla y a valorar cuál es el "espíritu de la ley". No olvidemos nunca que los mediadores trabajamos, en aquello que las partes entienden como lo más justo y equitativo.
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