Un día después de que fuera imposible evitar el choque en la votación de la reforma de la ley del sólo sí es sí, los socios del Gobierno intentaron rebajar la tensión de sus reproches mutuos pero se reafirmaron en sus diferencias entre llamadas a ser responsables y seguir intentando un acuerdo.

Las reflexiones de los dirigentes socialistas y de Unidas Podemos sobre lo sucedido la víspera se mezclaron con las llamadas a reivindicar en esta jornada del 8-M los derechos de las mujeres.

Es lo que hizo, entre otros, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, quien ratificó su compromiso de seguir trabajando por la igualdad real.

Una aspiración que explicitó en una breve declaración a los periodistas en el Congreso tras participar en la sesión de control al Gobierno en el pleno de la cámara y en la que evitó ahondar entre las desavenencias entre PSOE y Podemos pese a que fue uno de los ataques por parte de la portavoz del grupo popular, Cuca Gamarra.

En concreto, le preguntó por los motivos de su "espantada" al no acudir al pleno a votar la toma en consideración de la proposición socialista para reformar la ley del sólo sí es sí, una ausencia que atribuyó a su "soberbia" para no estar presente en ese paso para la rectificación de la norma.

No hubo respuesta por parte de Sánchez, quien defendió el feminismo de su Ejecutivo y afirmó que "pese a las diferencias", lo que preocupa a las mujeres son las semejanzas del PP con Vox. El PP fue el objetivo de las críticas del jefe del Ejecutivo, quien eludió entrar en la confrontación con sus socios de Podemos por la ley del sólo sí es sí aunque la evidencia de que la relación no es la mejor en este momento es que, a diferencia de años anteriores, se ausentó del acto institucional por el Día de la Mujer organizado por el Ministerio de Igualdad y con presencia de Irene Montero.

Fuentes socialistas reconocieron que Sánchez les ha pedido rebajar el tono con Podemos, y la vicesecretaria del partido y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, consideró evidente que hay acusaciones de sus socios que no les han gustado pero consideró que en nada se contribuye al feminismo o al avance del país exacerbando esas declaraciones.

"Siendo mucho más lo que nos une que lo que nos separa, en este momento tenemos que seguir avanzando y no dar pie ni alimentar ninguna escalada de descalificativos ni de palabras que puedan siquiera herir a la otra persona o al otro partido político. Tenemos mucho que seguir cosiendo, trabajando, vamos a seguir de la mano", aseguró.

Por tanto, no se reprodujeron las acusaciones escuchadas el martes como las de los socialistas diciendo que están cansados de las "peroratas" de Podemos o las que, desde la formación morada, se acusaba al PSOE de "traicionar" a las mujeres.

La principal coincidencia es que la coalición no está en peligro, ya que esa opinión, además de María Jesús Montero, la dejaron patentes otros ministros como Félix Bolaños ("Hay Gobierno para rato", dijo) o Irene Montero. "Lo que está en riesgo en este momento no es el Gobierno de coalición, sino los derechos de las mujeres", afirmó la ministra de Igualdad antes de insistir en su crítica de que el PSOE "se ha dado la mano" con el PP para reformar la ley del sólo sí es sí y volver al Código Penal de la Manada".

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, pidió responsabilidad "más que nunca" dentro del Gobierno ante la división existente.

Díaz e Irene Montero se reunieron en el Congreso minutos antes de la votación de la reforma de la ley del sólo sí es sí junto al diputado y secretario general del PCE, Enrique Santiago, quien aclaró que ese encuentro no fue para convencer a nadie de un cambio de posición y confió en un próximo acuerdo.

La ministra de Derechos Sociales, Ione Belarra, cree que es el PSOE el que tiene que rectificar para "volver a la mayoría feminista".