Una gran bola de fuego surcó los cielos de Cádiz y Sevilla pasados ocho minutos de la medianoche. El fenómeno pudo verse desde más de 400 kilómetros de distancia y pudo  ser grabado por los detectores de la Red de Bólidos y Meteoros del Suroeste de Europa, que opera en distintos puntos de la comunidad autónoma y forman parte del Proyecto Smart, cuyo responsable es el profesor José María Madiedo del Instituto de Astrofísica de Andalucía.

Las referencias a estos bólidos o rocas procedentes de un asteroide que entran bruscamente en la atmosfera son ya conocidas. Pero ¿qué hace de este caso algo especial? Su luminosidad, que ha sido mayor que la de la Luna llena, y que una pequeña parte del material de esta roca habría sobrevivido y llegado al suelo en forma de meteorito. En estos momentos se están realizando análisis adicionales con el fin de determinar qué masa tendría. El fragmento habría caído en La Campiña de Sevilla, en una zona difícil de determinar en las proximidades del municipio de Arahal.

En concreto, el primer análisis de Madiedo ha permitido determinar que la roca que originó este fenómeno entró en la atmósfera a unos 61 mil kilómetros por hora sobre el norte de la provincia gaditana. Esta enorme velocidad hizo que la roca se volviese incandescente, generándose así una brillante bola de fuego a una altitud de unos 91 kilómetros. De hecho, hay testimonios de personas que vieron anoche la bola de fuego también en distintos puntos de Cádiz. El bólido avanzó en dirección noreste hacia la provincia de Sevilla y se extinguió cuando se encontraba a una altitud de unos 20 kilómetros, casi sobre la vertical de la localidad de Arahal, según explica el astrofísico.