Cientos de familias de Lora y Écija pasan la Navidad fuera de sus casas

Los vecinos de ambas localidades pasan las fiestas limpiando sus viviendas ante el descenso del nivel del agua.

Una mujer arroja un cubo del agua extraída de su casa en la avenida de León XIII, ayer en Lora del Río.
Una mujer arroja un cubo del agua extraída de su casa en la avenida de León XIII, ayer en Lora del Río.
Fernando Pérez Ávila

24 de diciembre 2010 - 05:01

Más de cien familias permanecen fuera de sus viviendas en Lora del Río por la crecida del Guadalquivir, que mantiene anegadas ocho calles y avenidas de este municipio ribereño. Los vecinos continúan desalojados desde la noche del martes al miércoles y sólo algunos podían ayer acceder a sus viviendas para bombear el agua y limpiar el barro que se acumula en el suelo, paredes y muebles. Es la tercera riada que sufre Lora en lo que va de año, después de la del 23 de febrero y la del 7 de diciembre.

Uno de los que había podido entrar es Antonio, que sacaba agua mediante dos bombas de la casa de su suegra en la avenida de León XIII, muy próxima a la Alameda del Río y a la Plaza de la Coronación. El descampado situado frente a la vivienda es ahora una laguna y de una de las ventanas de la casa cuelga un cartel de Se Vende. No es el único. Después de tres inundaciones en un año y perder muebles y enseres, los vecinos de las zonas inundadas han empezado a plantearse la opción de mudarse a otros barrios.

Había quien no disponía de bomba y sacaba el agua cubo a cubo, como la mujer que aparece en la fotografía que ilustra esta página. En las casas no se puede vivir todavía. "Tengo a mi suegra conmigo y los muebles los hemos podido subir a tiempo a la planta de arriba", dice.

El Ayuntamiento ha colocado un puesto de mando de Protección Civil en la Plaza de la Coronación e impide el acceso a la Alameda del Río mediante una cinta de la Policía Local. Sólo los medios de comunicación las traspasaban. En ninguna de las casas de la Alameda quedaba gente y sólo un perro se asomaba desde una azotea. En un garaje, un grupo de personas achicaba agua. "Los coches los sacamos a tiempo, menos mal".

En el núcleo residencial Setefilla los vecinos expresan su hartazo escribiendo mensajes en las barreras colocadas para intentar frenar el agua en la puerta de sus casas. Este grupo de viviendas construidas junto al arroyo del Churre quedó completamente anegado. Los vecinos lamentan que no se haya empezado a construir el muro de contención que las autoridades les han prometido. "Reinoso mentiroso" o "Griñán tarugo, ¿dónde está el muro?", en referencia al alcalde y al presidente de la Junta, eran mensajes que podían leerse ayer en los muretes de ladrillo colocados en las puertas.

"Y dicen que esto va a ir a peor, menudo día de Navidad que vamos a pasar", decía otro vecino de la avenida del Castillo. Junto a estas zonas, todavía siguen inundadas las calles Arroyo y San Marcos. El Ayuntamiento espera que siga bajando el nivel del agua, que se ha quedado a 60 centímetros de los índices alcanzados los días 7 y 8 de diciembre, para activar un dispositivo importante de limpieza. Además de Lora, en Tocina también han tenido que ser desalojadas doce familias y varias naves y vaquerizas del polígono ganadero La Mesta.

Por su parte, más de 300 familias de la localidad de Écija no tienen sus viviendas en condiciones para celebrar la Navidad tras haberse visto afectadas por hasta cuatro inundaciones en las dos últimas semanas.

El alcalde astigitano, Juan Wic (PSOE), ha explicado que "externamente hay normalidad", dado que "la limpieza de las calles se ha quedado prácticamente toda hecha este jueves", aunque lamenta que "internamente hay muchas personas a las que les ha entrado agua y aún van a tardar en arreglar sus viviendas, queda mucho trabajo por hacer".

"Este año ha tocado trabajar en fiestas para recuperar la normalidad lo antes posible", asegura Wic, quien admite que "el drama está dentro de las casas" y señala que en el caso de los comercios, que también se han visto afectados por la riada, "la mayoría ya ha recobrado la normalidad".

De igual forma, ha destacado la importancia de que el tiempo haya dado una tregua y que haga "un sol espléndido" y ha confiado en el funcionamiento de las medidas preventivas que se están llevando a cabo mientras termina la obra que solucionará de forma definitiva los problemas de desbordamiento del arroyo de la Argamasilla, que asegura que se remontan a la época romana.

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