A pesar de la petición que ha hecho el Ayuntamiento de Badolatosa para que se lleve a cabo un dragado del Genil a su paso por el municipio y que éste recupere la capacidad de caudal que ha perdido en la última década, fuentes de la CHG precisaron ayer que, por el momento, lo que se ha adquirido es el compromiso de realizar un estudio una vez que el agua se retire. Con éste se analizará cómo "mejorar la capacidad hidráulica del Genil" a su paso por los municipios de la ribera que faltan por proteger, entre ellos Jauja, en la provincia de Córdoba; la propia Badolatosa y la Isla del Vicario, la pedanía de Écija, en Sevilla.

El mismo portavoz del organismo dependiente del Estado justificó ayer los desembalses que se han llevado a cabo y que han mantenido anegada a parte de Badolatosa, por la necesidad de "recuperar resguardo" o dejar con capacidad suficiente al pantano, que estaba casi al cien por cien, de cara a las nuevas precipitaciones. A pesar de las críticas que provocan estos desembalses y el momento en el que se realizan, las fuentes aseguraron que si no hubiera existido el embalse el daño hubiera sido mucho mayor, porque habría pasado el doble de caudal. Está previsto que el nivel de desembalse se mantenga en los próximos días entre 100 y 110 metros cúbicos por segundo, con lo que ya no afectaría a viviendas en Badolatosa.

Las fuentes subrayaron también que el pantano de Iznájar es el segundo mayor de Andalucía, que abarca una cuenca muy amplia, de más de 50 kilómetros cuadrados, y que se llenó en tres días como consecuencia de precipitaciones muy localizadas.

El alcalde de Badolatosa, Antonio Manuel González (PSOE), criticó que no se hubiera actuado y desembalsado poco a poco antes, en tanto que el pantano estaba casi lleno después de tantas lluvias, para evitar llegar al nivel que provoca que Badolatosa y otros pueblos andaluces se inunden.