Gerena, un viaje al hogar del granito

Gerena es conocida como el pueblo de los adoquines. Efectivamente, la mayoría de las calles de este municipio sevillano están pavimentadas con este material extraído de sus históricas canteras, que siempre gozaron de gran renombre. Y es que el granito gerenense puede encontrarse en Itálica, en la Catedral de Sevilla o en la Alameda de Hércules.

Hoy en día las canteras no se explotan, pero pueden visitarse como atractivo turístico. Hay una serie de senderos y un mirador para disfrutar de las espectaculares vistas que brindan los tajos. El Ayuntamiento proyecta realizar en este lugar un parque multiaventura. Junto a este paraje se sitúa el Museo del Cantero. Hay que llamar previamente para visitarlo.

En el centro del casco urbano existe otra antigua cantera reconvertida en auditorio de verano: La Rodadera. Y en la entrada principal a la localidad podemos contemplar el Monumento al Cantero, obra de José Manuel Flores, como homenaje al oficio del que tradicionalmente han vivido los habitantes de este pueblo.

Gerena ha pasado de la minería de la piedra a la del cobre, ya que en su término municipal se encuentra la mayor mina a cielo abierto de Europa, Cobre Las Cruces, cuyas innovadoras instalaciones también pueden visitarse de forma concertada.

Por su ubicación entre tres comarcas -el Aljarafe, la Vega y la Sierra Norte- y su cercanía a Sevilla, Gerena fue un importante enclave estratégico en el pasado. Dan fe de ello los restos de una calzada romana y termas en la Fuente de los Caños o en el cerro del Castrejón. Pero sobre todo, la Basílica Paleocristiana de Gerena, considerado el templo cristiano más antiguo de Andalucía. Tiene 1.500 años, y se conservan la planta y la necrópolis. El recinto puede visitarse libremente todos los días de 8 de la mañana a 9 de la tarde.

El casco antiguo estuvo amurallado. Aún puede observarse un lienzo de la muralla del siglo I. Muy cerca de este vestigio de la dominación romana se sitúa la Parroquia de la Purísima Concepción del siglo XIV, del estilo mudéjar, sede de las hermandades de la Encarnación -Patrona de Gerena- y del Gran Poder. Hay otros dos templos en la parte vieja: la Capilla de la Soledad, donde reside la hermandad del mismo nombre, y la Iglesia de San Benito Abad, que alberga a la hermandad de la Vera-Cruz.

Junto a la Iglesia Parroquial, en la parte más alta del cerro de entrañas graníticas sobre el que se edificó Gerena, encontramos el Palacio del Marqués de Albaserrada, una hacienda del siglo XVII con hermosos patios, y un poco más abajo, el Ayuntamiento, con una doble fila de arcos en su fachada.

Pero Gerena es mucho más que su patrimonio histórico y monumental, ya que la localidad está rodeada de una atractiva naturaleza para realizar diferentes actividades deportivas y de ocio. Los ciclistas de la provincia suelen elegir la zona por sus interesantes rutas, así como los aficionados al senderismo, sobre todo en el entorno del río Guadiamar, donde se puede admirar bellos paisajes de monte y un antiguo molino de la época musulmana.

Fuera del casco urbano también hallamos algunos ejemplos destacados de la arquitectura tradicional andaluza, especialmente el cortijo El Esparragal, construido sobre un antiguo monasterio de los Jerónimos, y hoy reconvertido en hotel.

Mención aparte merecen también las fincas de reses bravas. Gerena es pueblo de toros y de afamados toreros. Las ganaderías de Albaserrada o Lora-Sangrán ofrecen visitas y capeas en sus respectivos cortijos de Mirandilla y La Calera.

Gerena cuenta con más de 30 bares, tabernas y restaurantes de gran calidad en los que degustar una variada oferta gastronómica, desde sencillas tapas hasta platos que unen tradición e innovación. Los guisos de la tierra y la carne de caza, así como la repostería casera, constituyen algunas de las propuestas culinarias. Típico de Gerena es el sopeao, variante migada del gazpacho, que probó el rey Fernando III el Santo mientras preparaba en el pueblo la reconquista de Sevilla.

Las principales fiestas de la localidad son la Cabalgata de Reyes Magos el 6 de enero por la mañana; las procesiones de Semana Santa (Gran Poder el miércoles, Vera-Cruz el jueves, y Soledad el sábado y domingo de Resurrección, alternativamente); y la Feria y Fiestas Patronales en honor de la Virgen de la Encarnación a finales de mayo, con una de las romerías más típicas y concurridas de la provincia en su pequeña ermita a cinco kilómetros de la localidad, en una alameda junto al arroyo Molinos.

La oferta cultural del municipio incluye una amplia programación de ocio en los meses de verano, teatro, conciertos y exposiciones en el Centro Cívico el resto del año. En otoño tiene lugar el Premio de Comunicación Manuel Alonso Vicedo, uno de los más prestigiosos del país en este ámbito, por el que han pasado las primeras figuras de la radio y la televisión nacional.