El río Genil volvió a hacer suyas este miércoles a última hora de la tarde parte de las calles y viviendas de Badolatosa de las que se había retirado y que, en buena medida, estaban ya limpias. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) tuvo que aumentar a las 11:00 el agua desembalsada del pantano cordobés de Iznájar, que las nuevas lluvias volvieron a llenar casi al completo. En concreto, pasó de los 100 metros cúbicos por segundo a los 121, según la información que el ente que gestiona la cuenca dio al Ayuntamiento. Ello, unido a las lluvias y a los propios sedimentos que pueden haber reducido más la capacidad del cauce a su paso por el municipio, han hecho que la inudación se alargue de nuevo.

Ésta se inició el día 18 de marzo, hace ya 19 días, pero alcanzó una dimensión importante sobre todo a partir del miércoles 20 de marzo, cuando el agua entró en casi 40 casas, de las que diez tuvieron que ser completamente desalojadas. En algunas, el agua alcanzó el metro y medio. Los nuevos desembalses, ante los que no se puede hacer nada, retrasarán también aún más la estimación de los daños, que se teme que sean estructurales en algunos inmuebles. La previsión era que la pasada noche se aumentara el nivel de desembalse hasta los 150 metros cúbicos por segundo, según señaló el alcalde de la localidad, Antonio Manuel González, lo que anegaría dos calles más (Horno y Añora) y afectaría hasta 25 vecinos.

Los Bomberos de la Diputación y otros servicios de emergencia de la provincia estuvieron ayer pendientes no sólo de Badolatosa, sino de otros puntos de riesgo, por las previsiones meteorológicas y caudal en las principales cuencas hidrológicas. Así, se siguió de cerca la crecimiento del caudal del Guadalquivir, especialmente en su paso por la localidad de Peñaflor, en el que el río llegó a los 47 metros.