Jorge Muriel no es nuevo en el cargo de alcalde, como otros que son objeto de estas entrevistas. Pero ha hecho historia. Simpatizante del PP, le buscaron para asumir la presidencia local del partido y optar a la Alcaldía en 2011 y aceptó: renovó la candidatura y pasó dos a cinco ediles. Un acuerdo con IU lo convirtió en el primer alcalde del PP en la Sierra Sur en la democracia y a los cuatro años se ha consolidado con una mayoría absoluta. Tiene 37 años, era autónomo, trabajó como comercial de telefonía y llevando una agencia financiera. En la entrevista, le acompaña su teniente de alcalde, Isabel Solís.

-¿Se siente un bicho raro? Es el primer alcalde del PP en la Sierra Sur, será objeto de atención.

-Bicho raro, no. Objeto de atención, sí. Hemos sido los primeros en una zona en la que, simplemente, el PP no había tenido ocasión de demostrar cómo gestiona. Nosotros tuvimos la oportunidad por el apoyo de IU, con la que hemos tenido una relación fluida a nivel local y comarcal. Ahora, nos han dado mayoría absoluta, pese a haber gestionado con la crisis y con unas siglas con un desgaste importante.

-¿Qué le animó a ser candidato del PP, con casi todo perdido de entrada? En su zona hay muchos candidatos de fuera, porque no hay vecinos dispuestos.

-El PP es el partido con el que más me identificaba, sobre todo por su rigurosidad en la gestión económica, aunque no coincida en todo. Si las cosas no te gustan, que tu pueblo tenga el mismo alcalde 24 años, el clientelismo y la gestión, hay que participar y cambiarlo. No creo en los conceptos de derecha e izquierda, son interesados. Los políticos nos debemos al ciudadano. En Herrera sí ha habido candidatos de la localidad, pero con mucho trabajo. En nuestro caso, renovamos la lista, sólo repitió una persona. El PP en la Sierra Sur debe colocarse en el centro político si quiere tener opciones de gobernar y demostrar cómo lo hace. En cuando al candidato se le vincula más con la derecha antigua, genera rechazo. Hay que romper con esa imagen, aunque no sea cierta.

-¿Y no le han dado ya algún grupo de trabajo o similar para mejorar los resultados del PP en otras zonas rurales?

-Me han dicho que pilote de alguna forma el futuro del PP de la Sierra Sur, que ayude a exportar nuestro caso. Fue en julio y hay que arrancar. Lo prioritario es crear equipos que realmente lleguen y estén cercanos al vecino, que los vean como uno más.

-¿Ha faltado apoyo del partido?

-Ser concejal del PP en la Sierra Sur es complicado. Te ves muy solo, arrinconado en el Pleno. Normalmente, se mira la foto de los resultados y se focaliza donde son buenos. Aunque se cubra el expediente con listas, la zona se daba por perdida. Pero si el PP quiere ganar en Andalucía o avanza y gobierna en los pueblos del interior o no lo logrará nunca. Con alcaldes del PP cerca es más fácil, se aprende más en dos años de gobierno que en diez de oposición. El PSOE maneja en la Sierra Sur todos los consorcios, muchos de sus trabajadores han sido o son concejales. Así sustenta su estructura de partido.

-Cuando un alcalde gana es también porque se castiga la gestión previa. ¿Qué Ayuntamiento se encontró y en qué ha cambiado?

-El alcalde había ganado seis veces, cinco con mayoría absoluta. Pero la estructura local se montó en un momento económico fuerte. Cuando los vecinos comenzaron a verse sin trabajo y necesitaron ayuda, aquéllos a los que confiaron su voto no quisieron o no pudieron ayudar. Nada se había preparado para algo así. La situación era muy complicada, como en otros ayuntamientos, con casi ocho millones de deuda. Hicimos un estudio económico-financiero, había recursos para seis meses. Hubo que tomar medidas duras, despedir a vecinos que luego te encuentras, cobrar por servicios que eran gratuitos. Recuperamos el servicio de agua que era rentable. Otros con pérdidas los externalizamos o pusimos correctores para cuadrar cuentas y no arriesgar lo básico: nóminas, alumbrado, limpieza. Revisamos muchos aspectos, con la experiencia del sector privado. La deuda se ha reducido un 40%. Lo único que no se tocó son las políticas sociales. No ha habido pueblo de la zona que haya destinado más fodos a ellas, con un reparto más equitativo, sin mirar familias, ni color político.

-Tuvieron denuncias.

-Dos del PSOE y una de los trabajadores, una se archivó ya. La oposición no dio tregua. Las relaciones con el PSOE se han normalizado algo ahora. Nuestro objetivo es evitar que el enfrentamiento político se traslade al pueblo.

-¿Se encontraron con equipamientos sobredimensionados para 6.000 habitantes?

-Hay equipamientos deportivos y educativos en los se hizo un buen trabajo. Pero se iba a hacer un teatro de más 600 butacas, con un coste de 3,3 millones del que nos subvencionaban uno. Es una irresponsabilidad también de la Junta y la Diputación, que deberían exigir una memoria económica que avale que un municipio puede hacer frente a una inversión así. Y se empezó a urbanizar en 2011 suelo para 330 VPO sin dotación presupuestaria. No fue realista.

-Dígame si esperaban la mayoría absoluta y cuáles son los objetivos para esta nueva etapa.

-Cuando trabajas y pones corazón, confías en que se valore, pero no la esperaba. En las autonómicas de marzo, el PP sacó 1.140 votos, en las locales de mayo, 2.136. Atendemos a diez vecinos al día, cinco días a la semana. Tras darnos la oportunidad de gobernar, se ha valorado esa cercanía y la rigurosidad, se ha comprendido que había que sanear, que cuando haya liquidez podremos hacer políticas más expansivas. El peso de la responsabilidad es mayor ahora. Hay muchos proyectos por hacer, si se puede. Vamos a mantener las políticas sociales; queremos aliviar los impuestos, sin demagogias porque necesitamos los recursos; hacer al menos 30 VPO, hay necesidad imperiosa; e impulsar un parque industrial, el actual se llenó con las empresas del casco urbano y hay demanda. Tenemos estación de AVE a dos kilómetros y Córdoba y Málaga a 20 minutos. En cuatro años queremos tener la tramitación urbanística, que pasa por la Junta. Es una estrategia de futuro, debería haberse iniciado hace 13 años.

-¿Por qué cree que la Sierra Sur sigue a la cola de los parámetros de empleo en Sevilla, que ya son malos, y depende de subsidios?

-Creo que los gobiernos locales han acaparado demasido resortes. El Ayuntamiento lo gestiona todo y es árbitro. En Herrera, en Marinaleda..., cada uno a su estilo, todo pivotaba en torno al alcalde, una figura paternalista, que tuvo sentido, pero a la que se ha habituado el vecino y ahora nos perjudica. Los políticos debemos poner herramientas y mecanismos, pero soltar lastre y que el emprendedor adquiera protagonismo. Hemos sido de los territorios que más fondos estructurales europeos y ayudas han recibido. Se han creado estructuras con mucho personal, en las que el político es la referencia.

-¿Ser del PP dificula la relación con otras administraciones ?

-Al principio en la Diputación se notaba distancia y en cuatro años y medio no me ha recibido el presidente, habiéndoselo pedido no un alcalde del PP, sino el de 6.500 vecinos. Pero hay que ser justos: funciona bastante bien. El trato de los técnicos y de algunos técnicos -políticos es bueno, no fallan ante un problema y el dinero llega. No así la Junta, su deslealtad ha sido total. Un delegado de Empleo vino a Herrera a visitar instalaciones públicas sin avisar al alcalde y sí a la oposición. El de Educación me ha citado sin recibirme dos veces. La segunda, me dijo "niño, que me voy, te atiende el secretario". No soy un niño y vengo a solucionar problemas de mis vecinos. Con todos sus defectos, me da pánico que desaparezca la Diputación y sus competencias y recursos pasen a la Junta, se evaporarían y llegaría al vecino la mitad. Hay una descoordinación absoluta entre delegaciones y tienen asfixiados a los ayuntamientos.

-Ahora con las elecciones generales, ¿cómo defenderá el discurso del PP nacional en su zona?

-Sé que ha habido errores, como los casos de corrupción, y nos hemos equivocado en algunas cosas, en la comunicación. Pero siempre digo que la mayor la hemos salvado: hace tres años se hablaba de que España estaba en quiebra, de rescate. Hoy nadie se acuerda de la prima de riesgo y la imagen del país es distinta. Se hace demagogia con el rescate a la banca, pero se han rescatado los ahorros de los ciudadanos y lo inició el Gobierno de Zapatero. A nadie le gusta tomar medidas impopulares, pero en política hay que ser valiente. Además, al PP se le exige más que al PSOE cuando gobierna.