Investigación

La Policía descarta que el crimen de San Juan sea un caso de violencia de género

  • La víctima, según los vecinos, estaba "enganchada" a las drogas

  • El cadáver se encontró a las 5:00 y un testigo la vio media hora antes por la zona

Un cámara de televisión graba el sitio exacto donde fue encontrado el cadáver.

Un cámara de televisión graba el sitio exacto donde fue encontrado el cadáver. / Antonio PIzarro

El Bar Esperanza, en el barrio alto de San Juan de Aznalfarache, ha agotado este sábado sus existencias. Los últimos comensales toman el café. Acaba de llegar una pareja que se coloca en la barra, donde los clientes habituales ya piden un trago largo. El dueño del negocio informa a los que se acaban de incorporar: “Hoy hemos salido en las noticias. Todas las televisiones han venido por lo del asesinato”.

La jornada ha sido muy larga en el establecimiento. Cuando los propietarios llegaron a las seis de la mañana ya se encontraban allí la Policía Nacional y el 061 tras la llamada que les alertó de que una mujer había aparecido muerta a pocos metros del bar, en la Plaza de Blas Infante.

La víctima, de 34 años, responde a las iniciales de D. O, aunque en San Juan de Aznalfarache, de donde era natural, la conocían como Loli. Los primeros datos que trascendieron de este caso descartaban la vinculación con la violencia de género.

El cuerpo, que presentaba importantes heridas, sobre todo en la cabeza, se encontraba en lo alto de la plaza, junto a unas escaleras. El aviso había sido dado a las cinco de la mañana. Un testigo aseguró haberla visto media hora antes por esta zona, en la conocida como esquina del gato, que solía frecuentar a diario. La vivienda de la víctima, en la barriada de la Cooperativa, se encuentra a un kilómetro de donde apareció el cadáver.

Una persona "habitual" en la zona

Los clientes del Bar Esperanza siguen comentando el suceso. A estas horas de la tarde son varios los rumores que circulan en el municipio sobre los motivos del crimen. “Solía venir mucho por aquí a pasear el perro”, dice un asiduo de este negocio, quien lamenta que “todo hacía presagiar que acabara así, por el tipo de vida que llevaba”.

En la Plaza de Blas Infante, donde se encontró el cuerpo de Loli, las vecinas aprovechan los 22 grados de este sábado para disfrutar del sol. Un tiempo casi primaveral que invita a comentar lo ocurrido a pocos metros de donde fue encontrada la víctima. En un banco hay tres jóvenes sentadas. Con chándal y uñas pintadas. Dan varias caladas a un cigarro mientras comentan la vida de la asesinada. “Estaba muy enganchada”, dice una de ellas, a lo que le matiza otra: “Aunque estuviera metida en la droga, no hay derecho a que la maten. San Juan se está poniendo que da miedo”.

La joven que está sentada en medio es la que más la conocía. “Yo tenía más relación con ella antes de que estuviera tan enganchada”, recuerda. “Su camino a diario era desde su casa a esta plaza. Venía siempre con el perro. Algunas veces se paseaba con el pijama”, detalla esta vecina de San Juan, quien asegura que, pese a su adicción, “era una persona prudente, que no se metía con nadie ni nunca tuvo problemas”.

Madre desde los 19 años

La víctima era madre. Su hija, según estas jóvenes, tiene ahora 15 años. “No guardaban relación alguna. Su padre se hizo cargo de ella cuando Loli se enganchó a la droga”, apunta una de ellas, que agrega: “la tuvo siendo muy joven, con 19 años”. A la conversación se suma otra vecina de mayor edad, quien asegura que, “aunque en San Juan siempre ha habido problemas con las drogas, como en muchos otros pueblos, nunca se ha matado a nadie por este motivo”.

El Ayuntamiento de este municipio del Aljarafe ha hecho un llamamiento para que se comparta “cualquier información que consideren de interés”. El grupo de homicidios de la Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación de este caso. Al cierre de esta edición se estaba a la espera de que el informe de la autopsia se enviara a la autoridad judicial.

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