Profanan de madrugada cinco tumbas del cementerio municipal
Gerena
La investigación está abierta y, aunque no se descarta nada, la hipótesis del robo parece improbable.
Cinco tumbas del Cementerio Municipal de San José fueron profanadas en la madrugada del martes sin que aún se conozcan los motivos. El autor o autores de los hechos, cuya identidad también se desconoce hasta el momento, también lo intentaron con otras dos tumbas, sin que llegara a consumarse la profanación, pero sí provocaron desperfectos en los panteones asaltados. Algunos restos fueron esparcidos por el suelo, por lo que la identificación fue dificultosa. La investigación está abierta y se espera que pueda dar frutos en los próximos días.
Fue el encargado del camposanto quien, a primera hora de la mañana de ayer dio el aviso a las autoridades tras encontrarse varios panteones profanados. De inmediato se personaron en el lugar la Policía Local y la Guardia Civil. Poco después también lo hacía la alcaldesa de la localidad, Margarita Gutiérrez. La Policía Judicial y el médico forense desplazados al lugar estuvieron durante varias horas identificando los restos, una tarea muy difícil. Tras averiguar los nombres de los propietarios de los panteones, la alcaldesa convocó a mediodía a los familiares para informarles personalmente de los hechos y ofrecerles su apoyo. Por la tarde, a las seis, el párroco del pueblo, José Salguero Roldán, ofreció un responso privado a los familiares de las personas cuyas tumbas habían sido atacadas.
La expectación y la consternación entre los vecinos fue máxima durante toda la jornada. Muchas personas se agolparon a las puertas del cementerio para saber si alguna de las tumbas profanadas pertenecían a algún ser querido, aunque las autoridades impidieron el acceso al interior, que permaneció cerrado durante todo el día para facilitar el trabajo de la Policía Judicial y del médico forense.
La alcaldesa, en una intervención en la televisión municipal, aseguró que no se había echado nada en falta y que, aunque la investigación estaba abierta y no se descartaba ninguna hipótesis, la del robo perdía mucha fuerza.
Al parecer el autor o los autores no siguieron un patrón durante la profanación, por lo que podrían haber elegido las tumbas al azar ya que se encontraban dispuestas en distintas calles. Sólo dos de los cinco nichos atacados se encontraban dispuestos de manera contigua.
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