La guardería La Milagrosa, en Dos Hermanas, lleva dos días sin poder dar clase en todas sus aulas ante la falta de personal. La plantilla de esta escuela infantil, propiedad de la Junta de Andalucía, se ha visto afectada por la baja de cinco auxiliares, responsables, entre otras labores, de su limpieza y mantenimiento, lo que ha provocado que los padres de los niños allí escolarizados acuerden no llevarlos al citado centro hasta que la Delegación de Educación realice la sustituciones. Esta circunstancia afectan a casi 60 niños de entre 0 y 3 años de la localidad.

El traspaso de las competencias sobre las guarderías entre Bienestar Social y Educación parece ser más complicado de lo que se preveía en un principio. La poca experiencia de la consejería que dirige Mar Moreno en la gestión de estos centros se ha evidenciado a pocas semanas de comenzar el curso. A lo ocurrido en la Guardería Arco e Iris, en la barriada sevillana de Los Bermejales, donde las familias tuvieron conocimiento de su privatización a pocas semanas de que se abrieran sus puertas, se suma ahora lo ocurrido en Dos Hermanas, donde la Escuela Infantil La Milagrosa tuvo que cerrar el martes ante la carencia de personal. Según relataron varios padres afectados a Diario de Sevilla, el centro tiene asignados seis auxiliares que se encargan de atender a los niños y mantener en las condiciones óptimas las instalaciones, pero desde que comenzó el curso, el pasado 1 de septiembre, se han venido registrando bajas sucesivas, hasta llegar a trabajar un solo auxiliar. Aunque las familias han acudido en varias ocasiones a la sede de la Delegación Provincial de Educación en busca de una solución inmediata, hasta ahora la guardería sigue con las mismas carencias.

La sorpresa de los padres llegó el martes, cuando el centro cerró sus puertas sin previo aviso. Esta medida provocó el malestar de muchas familias, que se encontraron sin poder dejar a sus hijos en ningún sitio en horas de trabajo. Ayer, la escuela volvió a abrir, aunque fueron muy pocos vecinos los que dejaron a los menores allí, ante la falta de personal.

"Los que han llevado a sus hijos hoy es por carecer de otro sitio donde dejarlos, porque el centro no tiene suficientes auxiliares para atenderlo", asegura Teresa Morales, madre de uno de los niños que están allí escolarizados. Para Teresa, "no hay derecho que estemos pagando 278 euros mensuales y la Junta no preste un servicio adecuado". El problema se podría complicar hoy, cuando expira el contrato de la única persona encargada, por el momento, de la cocina en la guardería. Al parecer, todavía no hay sustituto.