El cardenal arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, ofició ayer en el Santuario de Consolación de Utrera el acto de despedida del Año Jubilar, concedido por el papa Benedicto XVI con motivo del V aniversario de la llegada al municipio de la Santísima Virgen de la Consolación.

Según indicó a Europa Press el alcalde de Utrera, Francisco Jiménez, el acto, que contó además con un espectáculo de fuegos artificiales, ha supuesto el broche "de oro a un año para recordar y que la ciudad ha sabido aprovechar sentimental y económicamente". Así, el primer edil consideró la celebración como una "oportunidad inmejorable para dar a conocer la localidad e impulsar la economía". Asimismo, Jiménez catalogó la solemne función de "éxito rotundo", así como el resto de actos del año. Hasta la celebración de despedida del Año Jubilar se acercaron autoridades políticas y militares, además de miles de utreranos que provocaron un "lleno absoluto" del Santuario.

Por otro lado, Jiménez recordó que la pirotecnia usada fue un regalo de la empresa que suele suministrar este material al Ayuntamiento, que también les obsequió con 30.000 bengalas puestas a la venta a un euro con el fin de recaudar fondos para los damnificados por la riada provocada por el desbordamiento del arroyo Calzas Anchas del pasado 21 de noviembre. Precisamente, unas 15.000 personas se dieron cita el sábado con esas bengalas ante el Santuario.

El primer edil adelantó que en breve se pondrán a trabajar en la elaboración de un libro que plasme por escrito todas y cada una de las actividades llevadas a cabo durante el Año Jubilar, reuniendo así todos los datos de un año "inolvidable ".

El papa Benedicto XVI concedió en mayo de 2006 un Año Jubilar al Santuario de la Virgen de la Consolación de Utrera con motivo del V aniversario de la llegada al municipio de la Santísima Virgen de la Consolación. Según explicó entonces el rector del santuario utrerano y párroco de Santa María, Diego Pérez Ojeda, el Año Jubilar se extendería desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre de 2007 y ha supuesto la concesión de indulgencia plenaria para todos aquellos que visiten a la Virgen de la Consolación y cumplan los requisitos establecidos por la Iglesia al respecto.

Pérez Ojeda destacó el "sentido profundo" de la gracia concedida por el Pontífice a Utrera por el que los peregrinos harán "borrón y cuenta nueva" en lo que a sus pecados se refiere bajo la condición de "confesarse 15 días antes o después de la visita, rezar el credo y una oración por las intenciones del Papa".

A la concesión del Año Santo para Utrera se sumaron los actos programados con motivo de la conmemoración de V Aniversario de la llegada al municipio de la Virgen de Consolación, que ha tenido como fechas claves el 1 de mayo -aniversario de la coronación canónica de la Virgen- y el 8 de septiembre -Día de Nuestra Señora de Consolación-. Otro de los actos centrales fue la visita del príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón, que recibió el 25 de enero de este año la Medalla de Oro de Utrera, municipio con el que manifestó sentirse "personalmente aún más comprometido" tras ser nombrado Hijo Adoptivo.