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Toxicología confirma que la familia de Alcalá falleció tras inhalar fosfina

  • El informe ya ha sido elevado al Juzgado, que deberá decidir si archiva el caso.

El Instituto Nacional de Toxicología ha confirmado que los tres integrantes de una misma familia que fallecieron el 14 de diciembre en la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra murieron a causa de una intoxicación inhalatoria con fosfina, según ha informado en un comunicado el Ministerio de Justicia. 

La fosfina es un gas "extremadamente tóxico y letal" que actúa como veneno respiratorio y se genera por el contacto con la humedad del aire o agua de algunos plaguicidas elaborados con fósforo, según ha concluido en su estudio el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses de Sevilla. 

Los primeros estudios microbiológicos y de toxinas realizadas por Toxicología apuntaron hacia la posibilidad de que la intoxicación se hubiera producido por la acción de un compuesto químico de elevada toxicidad. 

Así, el análisis de las muestras biológicas y el estudio de los tejidos de los órganos de los fallecidos mostraban, además, compatibilidad con la intoxicación por este gas, que se absorbe fácil y rápidamente por los pulmones y a través del tracto intestinal hacia el flujo sanguíneo, todo ello pese a que, por sus características, no se detecta en la orina o la sangre y a veces manifiesta valores normales en los marcadores de fósforo y aluminio. 

De este modo, y en el curso de la investigación, se encontraron unos tapones en el cuarto de baño de la vivienda que presentaban fósforo y aluminio en los restos de polvo que aún contenían, tras lo que los análisis en el laboratorio corroboraron la existencia de fosfina mediante tratamiento de los restos de polvo. 

Los compuestos metálicos de fósforo, como el fosfuro de aluminio, de dónde provenía la fosfina, se utilizan frecuentemente para la protección del grano almacenado y otros productos alimenticios contra plagas de insectos y roedores, ya que es barato y efectivo y no afecta a la viabilidad de las semillas. 

Sin embargo, sus efectos tóxicos sobre los humanos son de una mortalidad muy alta, sin que exista en la actualidad un antídoto. 

La intoxicación suele producirse por la inhalación de la fosfina, gas incoloro que se genera con el contacto del fosfuro de aluminio con el vapor de agua en el aire, más rápidamente al contacto con el agua o por el contacto con ácidos del estómago, en el caso de ingestión. 

Todas estas conclusiones han sido expuestas por Toxicología en el informe elevado al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Alcalá de Guadaíra, que deberá ahora decidir si archiva el caso o practica nuevas diligencias de investigación, lo que no parece probable. 

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