Entre harina y restos romanos a la vera del río
Turismo
Alcolea del río 3 Situada en la margen derecha del Guadalquivir, fue durante la época romana clave en la exportación de aceite y alfarería a la metrópoli.
Alcolea del Río tiene sus señas de identidad a las afueras del núcleo urbano. En torno al río Guadalquivir se encuentran los restos de un pasado molinero en el que la harina alcoleana era muy apreciada. Los molinos harineros están en el centro del río, muy cerca de la antigua Canama romana ( Alcolea) y a la desembocadura del Corbones. Son tres edificios en cuyo suelo hay unos espacios cuadrados sin construir sobre los que se colocaban las grandes piedras circulares que subían y bajaban según la corriente del río y molían el trigo. Cada uno tiene una forma distinta y una bóveda diferente, lo que los hace bastante curiosos. Uno de ellos hacía de batán y los otros dos de molino propiamente dicho. Aunque su origen no es seguro, parecen haber sido construido en la Edad Media, lo que es seguro es que estuvieron funcionando hasta la Guerra Civil, cuando fueron abandonados. Actualmente se están realizando los trámites necesarios para su rehabilitación e inclusión en las rutas turísticas de la provincia.
Para los amantes de la historia, Alcolea del Río guarda el yacimiento arqueológico de la ciudad romana de Arva, asentado en un montículo. El visitante puede encontrar restos visibles de unas termas y otros edificios. En 1931 el yacimiento fue declarado de Interés Público. En la actualidad está cercado, tiene buen acceso y está situado en el centro de una zona ampliamente poblado, por lo que es posible coordinar bien el uso lúdico y el cultural del yacimiento.
Arva tiene dos características que la hacen especial dentro de la arqueología andaluza. Por un lado, la peculiaridad del sitio, al ser un núcleo urbano reducido, con notables restos monumentales y la existencia de alfarerías a los pies de la ciudad. En 1987 se excavó el sur de la ciudad donde se encontraron restos, aún visibles, de un conjunto de estructuras monumentales de la época flavia.
Estos dos poblamientos romanos, Arva y Canama, estaban dedicados sobre todo al comercio fluvial y a la alfarería, surtiendo de ánforas de vino y aceite al tráfico entre la bética y el imperio romano. El emplazamiento de Arva se sitúa en la zona del molino de la Peña de la Sal, y el Canama en la zona de la Mesa, al norte del pueblo.
En cuanto a los edificios destacables en Alcolea del Río, están la iglesia de San Juan Bautista y la capilla del Cristo de la Vera Cruz. La iglesia es una construcción de estilo mudéjar realizada en el siglo XIV. De los tres accesos que poseía, el principal está clausurado. El templo fue remodelado a principios del siglo XVI y en el siglo XVIII. En 1936 se incendiaron los altares, imágenes y objetos de culto, por lo que poco se conserva de la época de su construcción. Sin embargo, en el altar mayor hay un retablo del segundo tercio del siglo XVIII procedente de la iglesia de Santa Ana de Carmona, un antiguo convento de dominicos.
El otro edifico singular es la capilla del Cristo de la Vera Cruz, una sencilla reconstrucción del siglo XVIII, restaurada en 1997 por la Casa de Oficios Quirina II y en 2004 por Quirina III.
Además de por los monumentos y las huellas que la historia deja en cada municipio, una de las mejores maneras de conocer la provincia es a través de la gastronomía. En Alcolea del Río, no se puede dejar de probar la pepitoria, los garbanzos pelados, la sangre encebollada, la boronía o el salmorejo marinero. Son reseñables los productos derivados del cerdo.
La tradición repostera de Alcolea destaca con los pestiños, los gañores, la sopaipilla y las tortas de aceite.
Además, en esta localidad se produce muy buen aceite de oliva. En esta zona predomina el cultivo de la variedad marteña y arbequina, destinadas a la obtención de aceite y exportadas a la zona de Aragón y Lérida.
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