Antonio D. M., el vecino de Dos Hermanas que está acusado de matar a su pareja, reconoció ayer en la primera sesión del juicio que la golpeó con un cubo de zinc, pero alegó que la víctima se cayó accidentalmente al canal de los presos, donde se ahogó sin que pudiera socorrerla porque no sabe nadar. El acusado explicó que el día en que ocurrieron los hechos, el 1 de julio de 2009, él y su pareja, Isabel P. C., acudieron a coger unas patatas y unas uvas y que, cuando iban a volver a la vivienda de la barriada de Los Potros donde residían desde hacía cuatro años, decidieron lavar las patatas en el canal de los presos.

Cuando estaba sacando el cubo de zinc con agua, según explicó el acusado, su compañera le pidió dinero para enviárselo a sus dos hijos, pero como se negó a dárselo, se inició una discusión en la que la víctima insultó a su ex mujer y a sus hijas. En ese momento, Antonio D. M. admitió que le propinó dos golpes en la cabeza con el cubo.

Cuando la fiscal le preguntó si con esa acción pensó que su pareja podía caer al canal, el acusado respondió afirmativamente, con lo que en ese momento ya estaba reconociendo un dolo o intención eventual de matar, puesto que la fallecida no sabía nadar.

El procesado aseguró que intentó ayudarla sin éxito. "Empecé a socorrerla con el cinturón, pero no pude y la corriente se la llevó", afirmó el acusado, que añadió que si él hubiera sabido nadar su pareja no se habría ahogado. El acusado dijo que la vio arrastrada por las aguas durante unos 12 o 14 metros, pero la corriente "era muy fuerte" y no pudo hacer nada.

Antonio D. M. admitió que dos días después puso una denuncia por la desaparición de Isabel y casi una semana más tarde confesó a la Guardia Civil que la había golpeado. El acusado justificó esta manera de actuar, al no haber pedido auxilio, en que no estaba bien. "Estuve unos días que no sabía dónde estaba, perdí el sentido, me quedé nublado", señaló el procesado, que precisó que en ese momento sabía que su pareja "se había ahogado".

La Fiscalía ha pedido una condena de 14 años de cárcel para el acusado por un delito de homicidio, mientras que la acusación particular que ejercen los dos hijos de la víctima y la Junta de Andalucía han solicitado 20 años por asesinato. La defensa, en cambio, considera que los hechos constituyen un delito de lesiones en concurso con un delito de homicidio imprudente, en el que entiende que concurren las atenuantes de arrebato y confesión, y pide una condena de cuatro años de cárcel.