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Vuelve con nuevas amenazas al centro de salud donde cuatro días antes acudió con un hacha

El centro de salud El Mirador, en San José de la Rinconada.

El centro de salud El Mirador, en San José de la Rinconada. / D. S.

Cuatro días. Es el tiempo que ha tardado en volver un paciente reincidente a amenazar y agredir verbalmente al personal del centro de salud El Mirador de La Rinconada donde el pasado jueves acudió con un hacha en la mochila, que finalmente no llegó a sacar. 

Según ha denunciado este lunes el sindicato CSIF Sanidad Sevilla, este mismo paciente, de perfil psiquiátrico, cómo ya se hizo constar tras el primer ataque, ha vuelto a protagonizar esta misma mañana un incidente violento en las instalaciones donde habría de nuevo amenazado e insultado al personal sanitario que trataba de explicarle que el problema con una baja médica anulada por el Instituto Nacional de la Seguridad Social no es de competencia sanitaria. Esta situación, lamenta el delegado sindical, José Vargas, está generando un clima de "miedo" y "estrés" entre el personal del centro de salud, que ya se cobró la baja de una médica el pasado jueves tras la primera agresión de este mismo individuo, que fue detenido por la Guardia Civil tras la denuncia presentada por los sanitarios afectados, pero que, una vez puesto en libertad, ha mantenido su agresividad contra ellos.

La nueva agresión se ha producido apenas cuatro días después de que, como ya publicó este periódico, el pasado jueves, sobre las 14:00 horas, acudiera dicho paciente a las urgencias a este centro de salud solicitando al médico de turno que le diera los partes de confirmación atrasados de la baja médica que había iniciado meses antes.

El médico de guardia en ese momento informó al paciente de que, dado que llevaba desde enero sin recoger ningún parte, la Inspección Médica había procedido al alta por incomparecencia. Tras esto, "el paciente comenzó a gritar, insultar y amenazar a todos los médicos y, en particular, a su médica de familia, a la que amenazó seriamente, ya que la hacía responsable de esa alta por incomparecencia, cuando la realidad era que el paciente no se había presentado a las revisiones durante ese periodo de tiempo ni se había puesto en contacto con su doctora, con lo que la Inspección Médica había procedido al alta por incomparecencia", ha detallado, por su parte, el Sindicato Médico de Sevilla, que se ha sumado este lunes a la denuncia de esta nueva agresión contra el personal sanitario, por la que reclama a la Consejería de Salud "soluciones eficaces".

"Horas más tarde, el paciente se volvió a acercar, esta vez a la puerta del centro de salud y lanzó contra ella varios petardos, que alertaron a los administrativos y pacientes allí presentes", prosigue el sindicato, exponiendo que ante ello, varios compañeros alertaron a esta profesional de la situación, pese a lo cual "ella se presentó al día siguiente a su trabajo".

Pero, antes de bajar de su vehículo recibió la llamada de la directora de la unidad de gestión clínica de La Rinconada advirtiéndole de que no debía bajar de su coche hasta que la Policía Local no estuviese presente para acompañarla a la consulta. Una vez personada allí la Policía Local, los agentes advirtieron a la médica de familia que no debía salir del centro de salud, ni siquiera a desayunar, sin que los avisara previamente a ellos.

Tal fue la magnitud de la situación, según el sindicato, que esta profesional se vio desbordada y "experimentó un clima de angustia tal que terminó desembocando en una crisis de ansiedad que la obligó a abandonar el centro de salud, incapaz de entender el por qué de esta injusta situación". "Y menos mal que ocurrió así, porque al poco de ausentarse se presentó el paciente con una mochila a sus espaldas, irrumpiendo en la consulta de su médica y exigiéndole al médico allí presente, que se encontraba cubriendo a su compañera, que le solucionase el problema por el que la tarde anterior acudió", explica el sindicato.

El sujeto, según la misma fuente, incluso reclamaba un ingreso por Bizum "de la cantidad de dinero que según él había dejado de cobrar, amenazando e insultando continuamente al personal y haciendo recaer toda la responsabilidad sobre su médica de familia, a quien amenazó de muerte, advirtiendo a los presentes que llevaba un hacha en su mochila y estaba dispuesto a usarla".

La situación provocó "que una profesional se viese obligada a ausentarse de su trabajo y que los dos mil pacientes de los que se hace responsable se quedaran sin su médica hasta que ésta pueda volver a incorporarse". "Una situación muy injusta para todos, que la Consejería de Salud permite que se repita una y otra vez con su política de falsa transparencia y de mirar hacia otro lado sin poner soluciones eficaces", lamenta el SMS.

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