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El presunto yihadista de 17 años detenido la tarde del domingo en Montellano estaba "altamente radicalizado" y había fabricado una bomba casera con diferentes sustancias. El artefacto estaba listo para usarse. De hecho, la operación policial se precipitó cuando la Policía supo que el joven había ido al campo a probar los explosivos, la misma mañana del domingo. Así consta en el auto del juez de Menores de la Audiencia Nacional José Luis de Castro, que ha ordenado este martes el internamiento del sospechoso en régimen cerrado por un periodo de seis meses prorrogables.
El juez describe al adolescente sirio como una persona "obsesionada con la temática militar", que tiene "ropa de tipo mimetizada o de camuflaje", además de ser "tremendamente homófobo y antisemita". En su poder se hallaron numerosas sustancias químicas, así como instrucciones para fabricar el explosivo conocido como la Madre de Satán, muy utilizado por los terroristas islámicos. Igualmente, el joven de Montellano había asumido su papel de "cibersoldado" de la Yihad global y consumía y difundía una gran cantidad de vídeos de temática yihadista.
Por todo ello, concurren indicios sólidos sobre la participación del menor en los delitos de integración en organización terrorista y de tenencia de explosivos que se le imputan. La operación de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional se inició en el mes de noviembre de 2023. El día 15, la Policía recibió una llamada telefónica que le informaba de que el adolescente se había "hecho con varias sustancias para elaborar explosivos, en concreto glicerina, ácido nítrico y otra sustancia que podría ser ácido sulfúrico y azufre". El alertante hizo saber a los agentes que el joven había manifestado "público su adhesión al Estado Islámico" y había exhibido en su teléfono móvil diverso material yihadista, "temiéndose que pudiera cometer un atentado" pues comparte "la idea de la creación del Califato Islámico por Daesh".
El 13 de noviembre, mostró a varios jóvenes que asistían a un taller organizado por el Ayuntamiento de Montellano un vídeo de un terrorista que hablaba en francés, "que al parecer había fallecido tras la comisión de un atentado". Indicó entonces a sus compañeros de actividad que había fabricado un "detonador casero con un teléfono móvil para activarlo a distancia", y explicó que actuaba "produciendo una chispa cuando él realizaba una llamada".
Los Tedax de la Policía Nacional de Sevilla elaboraron un informe técnico el 17 de noviembre de 2023, en el que analizaban las sustancias mencionadas y señalaban que "todas ellas pueden ser consideradas precursores de explosivos". La conclusión principal que se extrae del informe de los especialistas fue que "la presencia simultánea de glicerina, ácido nítrico y ácido sulfúrico indica un alto riesgo de fabricación de explosivos".
Los agentes realizaron una observación telefónica al joven y comprobaron que había consultado en internet distintas páginas relacionadas con química en los últimos días. Además, analizaron los perfiles públicos de redes sociales del menor, que "revelan una evolución radical yihadista a lo largo del pasado año 2023". Tanto a través de Facebook como de Instagram, el joven recibía y difundía contenidos sobre el Daesh, "que permiten encuadrarlo dentro de las actividades simultaneadas por personas que resultan captadas por esta organización a través de internet, y que desarrollan para la misma el eje fundamental de su estrategia reimpulsado por sus responsables, junto a las acciones violentas: la macrodifusión propagandística".
En este sentido, el juez cree que el menor había "asumido su papel de cibersoldado o yihadista virtual". En su perfil de Facebook publicó el 18 de noviembre un cántico "nasheed" al que acompaña una imagen de su bandera del Estado Islámico. El 17 de diciembre publicó una historia en la que se observa un vídeo publicado por Daesh que es un pequeño tutorial de cómo fabricar explosivos de manera casera y fácil. El día siguiente, publicó otra historia en la que se ve lo que parece ser un terrorista suicida inmolarse en nombre de Alá con un vehículo cargado de explosivos. En imágenes compartidas en las redes sociales viste "a modo de combatiente islamista, con la cara tapada y portando lo que parece ser un chaleco táctico".
El 20 de enero de 2024, la Policía vio al menor tirar a la basura dos bolsas. Los agentes recogieron después del contenedor una caja de cartón de color azul y amarilla con el rótulo de "azufre en polvo", una máscara de protección desechable de dos piezas, unas gafas de protección, un sobre de guantes reutilizables, diferentes pañuelos de papel manchados con sustancias de color rojizo y amarillo, trozos de camiseta con un fuerte olor, un sobre de una aguja, un bote de masilla de poliuretano, dos garrafas grandes y restos de cinta aislante de color negro. De las intervenciones telefónicas se desprende también que la madre, que fue detenida este martes tras ser interrogada, compró acetona a petición de su hijo.
El 21 de enero, día de su detención, los agentes que lo vigilaban vieron al menor abandonar su domicilio de la calle Cuesta de Bernardo de Montellano portando una mochila, "vestido con ropa negra y amplia a pesar de que en la zona hace calor y no es necesario portar tanta ropa". El menor fue controlado por un equipo de vigilancia hasta una zona de campo en la que ya había estado el 28 de diciembre del año anterior. "En estos momentos, esos mismos funcionarios escuchan diferentes detonaciones que vienen a confirmar que el menor pudiera estar haciendo pruebas de cómo actúan los explosivos que pudiera tener en su poder". Fue esto lo que adelantó la petición de entrada y registro de la vivienda, que se produjo durante la tarde del domingo y se prolongó hasta las cuatro de la madrugada del lunes.
En el registro se encontraron numerosas sustancias. Había diferentes recipientes de acetona, agua oxigenada y un frasco grande con una cantidad importante de pólvora. Se localizaron más restos de explosivo, "incluida parte de una bomba montada con metralla adosada a la misma, lista para su uso, y a la que únicamente le falta el explosivo que la detone".
En uno de los cuadernos intervenidos en el registro se aprecian inscripciones manuscritas hechas presuntamente por el detenido, consistentes en la composición química del explosivo casero llamado TAPT (peróxido de acetona o triperóxido de acetona), conocido también con el nombre de Madre de Satán. Es un explosivo de fabricación casera utilizado habitualmente por los yihadistas. Según el auto del juez de Menores de la Audiencia Nacional, lo que tenía el joven sirio detenido en Montellano era la receta de este compuesto.
Se hallaron también las siguientes sustancias químicas: una bolsa con un polvo blanco de 34 gramos, concretamente TAPT; una bolsa de plástico conteniendo una sustancia pulverulenta de color amarillo que aparentemente sería azufre, con un peso de 657 gramos; y otra bolsa con un compuesto negro que sería carbón vegetal, con un peso de 631 gramos. Con estos dos últimos elementos se fabrica pólvora negra, añade el documento judicial.
Además, los investigadores encontraron una botella de plástico de refresco de dos litros, cortada a la mitad, que contenía en su interior un cilindro de metal (una lata de conserva recortada), y entre ambos contenedores unos perdigones de plomo. "Junto a las anteriores sustancias, permitirían la fabricación de un artefacto, un barreno detonador, añadiendo explosivo en el cilindro de metal (...) para aumentar su poder lesivo con la dispersión de los perdigones, que harían las veces de metralla". También se encontró un dispositivo que podría ser parte de un iniciador para las sustancias explosivas descritas.
En un armario empotrado ubicado a la salida de la habitación del sospechoso se hallaron también seis botellas de acetona, tres botellas de agua oxigenada, una de ácido sulfúrico, un bote de plástico con tapa amarilla que contenía 300 gramos de pólvora. También se encontraron en la vivienda un machete de grandes dimensiones, un chaleco táctico militar mimetizado con un portacargadores, dos mosquetones de acero inoxidable y una imagen enmarcada de la bandera del Daesh.
En el teléfono móvil del menor se hallaron también numerosos archivos de contenido que alienta a la yihad, "con una participación activa y personal del detenido". Este material, continúa el juez, "incluye una cantidad ingente de archivos relacionados con el Daesh, cánticos yihadistas entonados algunos de ellos por él mismo, así como imágenes de armas, explosivos y precursores óptimos para la fabricación de artefactos explosivos". El sospechoso hizo un estudio de las posibilidades de fabricación de estos elementos y su activación remota con un dispositivo electrónico. Tenía también imágenes de explosivos, metralla y de él mismo con el chaleco táctico.
Con todos estos indicios, el juez decretó el internamiento del menor en régimen cerrado durante seis meses. La Policía detuvo también este martes a la madre, que pasará a disposición de la Audiencia Nacional en las próximas horas. Ambos detenidos son refugiados y llegaron de Siria huyendo de la guerra en el año 2022. Vivían en Montellano con una hermana menor del presunto yihadista, de ocho años, que quedó con una vecina tras la operación policial. El padre del sospechoso reside en Extremadura.
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