Betis - Valencia

Análisis Betis-Valencia: De la espalda al triángulo y al contraataque

Isco recorta a Gabriel Paulista.

Isco recorta a Gabriel Paulista. / antonio pizarro

El Betis tuvo un partido completo. Jugó con las debilidades del Valencia, pero hoy en el fútbol nada es sencillo, ni siquiera lo que se ve fácil desde fuera. Salió con la consigna de atacar la espalda de la defensa de circunstancias que planteó Baraja con balones largos y encontró el filón en los laterales, sobre todo en la banda de Assane y Bellerín, pero luego fue capaz de evolucionar en el partido hacia un juego más asociativo, a base de triangulaciones. Pero además, para completar la riqueza de registros, lo sentenció con una excelente ejecución de la estrategia (dos goles) y también del contraataque, el recurso con que firmó el tercer tanto, el gol espectacular de Abde.

Defensa

El sistema defensivo apenas sufrió. El Valencia sólo pudo avanzar unos metros en una fase, ya con el 2-0, en la que quizá se desconectaron algo los de Pellegrini.

Casi todo el tiempo el Valencia estuvo sometido y muy lejos de la portería de Claudio Bravo. Se presentó con dos puntas y el Betis tuvo superioridad siempre una vez que pasó esa línea. El trabajo de recuperación fue muy bueno y numerosos robos en las bandas dieron mucha vida al ataque verdiblanco.

El Valencia tuvo más mordiente en la segunda mitad, con la entrada de Diego López, que pudo meterlo en el partido, ya con la doble ventaja de los locales.

Ataque

El Betis buscó claramente la espalda de la defensa valencianista con balones largos que pretendían explotar la velocidad ante la obligación de Baraja de poner a centrales reconvertidos a laterales. A ello, y al encorsetamiento de esa defensa poco dúctil, obedecía también la elección de Ayoze, una referencia con más movilidad, por delante de Borja, ya que Willian José estaba lesionado. Particularmente, Assane y Bellerín fueron un incordio para Cenk, desbordado constantemente y sin recibir ayuda del extremo, Gozálbez.

Baraja lo vio y lo corrigió en el descanso, por lo que el Betis tuvo que ir evolucionando hacia otros registros para generar ocasiones. Por ello en la segunda mitad el equipo heliopolitano fue más asociativo, explotó más el juego de triángulos asociativos en ataque estático y dejó de abusar de ese juego más de saltar líneas con balones en trayectorias aéreas.

Isco entró más en juego –es lógico que se sienta más a gusto en ese fútbol– y la música empezaba a sonar, aunque los goles cayeran a balón parado.Una vez se fue el malagueño, Willian Carvalho hizo de pegamento en el equipo cuando el Valencia dio el arreón desesperado en busca de meterse en el partido y el Betis también interpretó un par de contras de calidad, como la que significó el 3-0 de Abde.

Virtudes

Un buen despliegue de varios registros. Había un plan, pero también había que evolucionar.

Talón de Aquiles

Mínima pero evitable desconexión con 2-0.

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