Real Betis - Valencia CF | Informe técnico

Ay, ese manejo de lo favorable, Betis...

  • El equipo de Quique Setién reincidió en su dificultad para trabar el partido cuando tenía un tesoro en la mano, como era el 2-0

  • Gameiro explotó los espacios entre la zaga y Carvalho

Gameiro trata de progresar en el área ante Francis y Guardado

Gameiro trata de progresar en el área ante Francis y Guardado / Antonio Pizarro (Sevilla)

Un partido tiene diversas fases y hay que manejarse según el decorado, según se empine la cuesta o se vuelque a tus intereses. Y este Betis, tan trufado de paradojas –arriesga la pelota más en la defensa que en la corona del área rival, por ejemplo–, también suele errar en lo que la gran mayoría de equipos suele adoptar una sonrisa maliciosa y salirse con la suya: en el manejo de los marcadores favorables. Muchos equipos con bastante menos fútbol que este Betis –qué difícil es reunir en una misma formación a Joaquín, Lo Celso, Canales, Guardado y William Carvalho– zanjan el pleito con un 1-0. Y no digamos con un 2-0 en la ida de una semifinal de Copa, lo que era un potosí.

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¿Y qué pasó? Que Setién fue incapaz de ordenar que se cerraran las líneas cerca de Joel Robles para evitar la rapidez del ataque valencianista con Rodrigo, Cherysev y sobre todo Gameiro, que revolucionó la partida con su entrada en la última media hora. Todo ese tiempo tuvo el entrenador cántabro para responder con los cambios y la reubicación del equipo, pero la desprotección fue constante.

Defensa

Sorprendió Quique Setién disponiendo una defensa de cuatro cuando el Valencia tenía la pelota: Mandi se abría a la banda. Joaquín permanecía más arriba, lo que facilitaba su capacidad de sorprender en contragolpes por su zona predilecta, el costado derecho.

En la primera media hora, el Valencia fue imponiendo poco a poco su estrategia. Se fue sintiendo cada vez más cómodo yendo a apretar a Joel Robles cuando trataba de sacarla jugada en corto, lo que sucedía casi siempre, y también activaba su plan de robo cuando William Carvalho recibía de espaldas. Ahí tuvo alguna situación de apuro que no fue a más. Pero la capacidad de Parejo para acelerar los ataques en pocos toques provocó alguna llegara peligrosa al área, sobre todo por la derecha.

El Betis respiró atrás impulsado por su enorme calidad arriba. Canales empezó a tirar desmarques a la esquina derecha y se asoció con Joaquín, y el equipo se sacudió el arreón levantino.Tras el descanso, el gol olímpico de Joaquín inyectó de nervios al Valencia, pero la impericia bética para trabar el juego, cortar el ritmo, cerrar espacios atrás y apelar definitivamente al contragolpe (incluso con 2-1) llevó el partido de vuelta a un escenario inesperado.

Ataque

El golpeo de Canales y Joaquín, tanto a balón parado (los goles) como en sus combinaciones en la banda, fue una pesadilla para una zaga blanda en esos balones, sobre todo al segundo palo.

La lesión de Bartra limitó los cambios a dos en el tramo final, pero ninguno fue ofensivo, ya que hasta el de Jesé (78’) ya con 2-1, fue por Loren y dejó al Betis sin referencias arriba. El fútbol que seguía manando sobre todo de la derecha cayó al limbo.

Virtudes

Las armas ofensivas para responder al Valencia y ponerlo todo de cara.

Talón de Aquiles

La impericia para cerrar el pleito ya con 2-0.

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