Ayoze fue aún mejor por el medio y Guido marcó un gol de delantero centro
Betis-Cádiz | Nombres propios
El canario rozó el tanto del triunfo, algo que también hizo un Isco algo más desdibujado, aunque con un taconazo sublime
La crónica del Betis-Cádiz
El Betis rozó en el tramo final un triunfo que evitó Conan Ledesma con dos grandes paradas. El cuadro de Pellegrini no había tenido su mejor tarde durante muchos minutos, incluso se fue por debajo en el marcardor al descanso, pero al final sí fue capaz de cambiar de ritmo con las incorporaciones desde el banquillo.
Ayoze | Su cambio de posición fue la clave para que todo fuera mucho mejor
Pellegrini, como todos los béticos, no estaría contento del juego de los suyos durante la primera mitad, aunque después en sus declaraciones dijera algo diferente. Pero toco el equipo con la entrada de Abde por Willian José y eso condujo a Ayoze a una zona en la que es mucho más peligroso el delantero tinerfeño. No estuvo mal tampoco partiendo desde la izquierda, pero en el centro generó varias ocasiones clarísimas para marcar y sólo el paradón final de Ledesma a su cabezazo lo impidió.
Guido Rodríguez | Sólo le faltaba marcar goles de esa factura
El argentino es el pilar indiscutible de este Betis y Pellegrini debe estar deseando que William Carvalho se pueda incorporar definitivamente para disponer de esa pareja que tanto equilibrio le proporciona en el medio. Pero, mientras eso llega, si Guido es capaz de marcar un gol como éste, con una media vuelta dentro del área, no es una mala noticia.
Bartra | Lo peor es que ni siquiera llegó a intentar saltar
El centro de Maxi Gómez desde el costado derecho se envenenó tras tocar en la espalda de Miranda, pero Bartra estaba perfectamente perfilado para defenderlo con garantías. Sin embargo, el catalán tardó lo justo en no anticiparse a la acción y eso le permitió a Chris Ramos no dejarlo saltar siquiera para defender.
Isco | No fue su partido más brillante, pero ese taconazo al final...
Demasiado pastoso en sus contactos con el balón, engullido por la tela de araña que le planteaba el Cádiz para que no pudiera recibir con comodidad. Perdió muchas pelotas y físicamente tampoco pudo imponerse a sus rivales por el medio, particularmente a Escalante. Pero cuando parecía que ya no tenía fuerzas fue capaz de sacarse de la chistera una acción que, de haberse convertido en gol, habría provocado una lluvia de pañuelos blancos en sentido de admiración. Menudo taconazo...
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