Betis-Cádiz | La crónica

El Betis se estrella en Conan Ledesma (1-1)

  • El guardameta argentino le hizo dos paradones increíbles a Isco y Ayoze en el tiempo de prolongación que impidieron el triunfo de los verdiblancos en un final que mejoró bastante el nivel anterior

  • Chris Ramos adelantó a los cadistas en la primera mitad y Guido Rodríguez igualó en la segunda

  • Así le hemos contado el Betis-Cádiz

Isco trata de rematar ante Conan Ledesma en presencia de Meré.

Isco trata de rematar ante Conan Ledesma en presencia de Meré. / Antonio Pizarro

Conan Ledesma impidió que el Betis sumara los tres puntos en el tiempo de prolongación. El guardameta del Cádiz se convirtió en el protagonista absoluto en ese añadido al hacer dos paradones escandalosos a Isco y Ayoze que privaron a los verdiblancos de un triunfo por el que pelearon sobre todo en ese final tan electrizante. Al final, sin embargo, todo quedó en tablas y la sensación fue tan gris como lo había sido el juego durante muchas fases del encuentro.

Pero el final siempre es lo que permanece indeleble en las retinas de los buenos aficionados, de los que se quedan hasta que el árbitro hace sonar sus tres silbidos para finiquitar el litigio. Los que se veían por las escaleras de los vomitorios mucho antes se perdieron lo mejor de la escuadra de Pellegrini en esta cita contra el Cádiz. Los verdiblancos no dieron su brazo a torcer y debieron decantar a su favor todo con un taconazo de Isco en un centro de Aitor Ruibal que no fue gol sencillamente porque se topó con un felino.

El malagueño desvió el balón dentro del área pequeña y, además, lo hizo con el factor sorpresa a su favor. Nadie se podía esperar ese taconazo desviando la trayectoria del esférico, pero el cancerbero argentino sacó una mano impresionante para desviar el balón. Dos minutos después repetía el mismo desenlace, aunque la acción fuera diametralmente diferente. El centro correspondió esta vez a Luiz Henrique y el protagonista era Ayoze, quien desvió el balón con su cabezazo. El gol parecía ya seguro por la dirección que tomó el esférico y también porque obligó a Ledesma a variar su trayectoria en la estirada, pero Conan sacó una mano increíble para negarle el triunfo a la tropa de Pellegrini.

El Betis había tardado, pero sí fue capaz de protagonizar un último tramo del juego en el que le dio a éste ese punto de locura que exigía para desordenar al Cádiz. Cierto que también los amarillos tuvieron algunas aproximaciones hasta Claudio Bravo, el archivo con las notas no miente. Cabezazo picado de Ayoze en un centro de Abner (71'), susto de Ayoze a Ledesma (75'), cabezazo de Ayoze tras centro de Luiz Henrique (83'), tiro del propio delantero tinerfeño que no entra de milagro tras un millón de fallos de unos y otros (89'). Y luego, ya en la prolongación, las dos más claras, las antes reseñadas de Isco (92') y de Ayoze (94') para el mayor lucimiento de Conan Ledesma. Y para finalizar un último cabezazo de Isco en un córner completamente en solitario que se le fue muy desviado y acabó en fuera de juego de Guido Rodríguez.

En esa fase sí consiguió el Betis llegar con peligro arriba, algo que no llegó a materializar en todo el primer periodo. Porque el ritmo inicial de Isco no le iba a servir para desordenar jamás a un Cádiz que se caracteriza precisamente por eso, por mantener un 1-4-4-2 prácticamente inalterable. Los amarillos no iban a la presión a la zaga verdiblanca; al contrario, esperaban con Maxi Gómez y Chris Ramos tratando de tapar la posible conexión con los centrocampistas tanto de Pezzella como de Bartra. Era, en definitiva, una invitación a llevar la pelota hacia las bandas o también a pegarle un pelotazo arriba para tratar de superar las líneas.

Era una evidencia que el Betis se sentía incómodo, que no parecía capaz de hallar las vías para, al menos, hostigar a los amarillos. Sólo Ayoze se ofrecía como una alternativa capaz de alterar el discurrir de los acontecimientos. Rodri lo intentaba por la derecha, pero rara vez podía superar a Javi Hernández y a Fali. Podía hacerlo con uno de ellos, pero casi nunca con los dos. Además, Escalante barría por el medio para hacer más tupida la tela de araña en la que se enredaban los béticos para tener pérdidas fáciles.

Pellegrini, que había hecho cuatro cambios respecto a la alineación inicial de Glasgow al introducir a Miranda, Rodri, Ayoze y Willian José, seguro que no estaría satisfecho con la parsimonia en la circulación del balón de los suyos, algo en lo que tenía mucho que ver el ritmo de Isco y también, para ser justos, la influencia del calor en una cita a las seis y media en un domingo particularmente caluroso en Sevilla.

Sólo en un minuto estuvo a punto el Betis de cambiar el discurrir de los acontecimientos. Concretamente, fue entre el 26 y el 27, cuando Rodri tenía la opción más clara tras un robo de Ayoze a Iza en la salida cadista que propició una superioridad de tres delanteros contra dos defensas. Lástima para los béticos que el disparo del extremeño se fuera ligeramente desviado (26'). Segundos después, Ayoze no alcanzó a cambiar la dirección del balón del todo en un pase de Bellerín (27').

Fueron los dos acercamientos más claros antes de un parón para la hidratación que acabó por ponerle la puntilla al lento ritmo con el que todo se iba desarrollando. La desconexión fue total y en un saque de esquina a favor iba a acabar muy castigado el Betis. La pelota se perdió por segunda vez después del lanzamiento inicial y el contragolpe forastero llegó por el sector derecho. Un centro de Maxi Gómez que se envenena al tocar en la espalda de Miranda y Chris Ramos salta más que un Bartra demasiado pasivo.

Cero a uno para el Cádiz y más problemas si cabe para descifrar el jeroglífico en el que se había convertido el partido para un Betis que tuvo otro cabezazo bombeado de Pezzella (44') y una falta muy mal lanzada por Isco desde la frontal (51') antes del intermedio. La solución buscada por Pellegrini fue introducir a Abde para cambiar el estilo de juego, pues el sacrificado era Willian José para que Ayoze se convirtiera en un '9' mucho más dinámico.

El juego cambió de manera considerable con el marroquí y, sobre todo, con Ayoze arriba, como se demostraría en ese tramo final en el que fue increíble que los verdiblancos no se fueran como ganadores. El Betis fue mejorando con todos los cambios que introducía Pellegrini, también con Luiz Henrique y Ruibal, particularmente, así como con Guardado e incluso con Abner. Pero ese asedio final llegó tal vez demasiado tarde y se topó con un inspiradísimo Conan Ledesma. Los verdiblancos sí habían merecido en ese arreón final quedarse con los tres puntos, pero el guardameta argentino se lo negó.

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