El Betis regresó ayer a los entrenamientos, por la tarde a puerta cerrada en la ciudad deportiva, para empezar a preparar el encuentro del próximo jueves ante la Real Sociedad, un conjunto que se ha quedado en medio de la tabla, a seis puntos de Europa y nueve del descenso, con escasos estímulos para el tramo final de la temporada tras agravar su crisis de resultados en casa del Valladolid (1-1), un empate insuficiente con el que suma tres puntos de los últimos 15.

El cuadro donostiarra lleva cinco jornadas sin ganar, ha logrado tres empates y dos derrotas, Atlético de Madrid (0-2) y la goleada en Sevilla (5-2), con unos números muy deficientes en la faceta ofensiva, ya que sólo ha marcado cuatro tantos en el último mes de competición.

De hecho, el último triunfo de los blanquiazules se produjo el 16 de febrero frente al Leganés en Anoeta (3-0), lo que dejaba al equipo realista muy bien posicionado para entrar en puestos europeos, pero esa posibilidad quebró de forma inmediata con los siguientes resultados. Las bajas están pasando una cara factura al conjunto de Imanol, que se presentó en Zorrilla sin un centro del campo que podría considerarse titular, con las ausencias de Illarramendi y Zurutuza por lesión, y la de Mikel Merino por sanción, aunque el navarro podrá entrar en el equipo este jueves contra el Betis.

La recuperación de Willian José, que en el compromiso disputado en Pucela tuvo ya sus primeros minutos, desde la lesión fibrilar que se produjo el 3 de marzo, es la buena noticia para los nueve partidos que restan de competición, porque con el brasileño en el campo la Real Sociedad es otro equipo. La reaparición de Willian, no obstante, puede llegar ya demasiado tarde para los donostiarras, que precisamente cayeron en esta mala racha de resultados coincidiendo con su lesión ante el Atlético de Madrid.