Con la dura y amarga resaca de lo sucedido el pasado jueves en Mestalla, el Betis tiene esta tarde en Heliópolis una cita de enorme valor de cara a lo único que le queda por luchar esta temporada, la obligación de entrar en Europa.

Todo lo contrario sería un fiasco importante a nivel deportivo y económico para la entidad verdiblanca. Pero tal como está en estos momentos la Liga, el equipo bético tiene ante sí la opción de pelear por la cuarta plaza, pugnar por jugar la Liga de Campeones, una ilusión que aparece dentro de un mes de febrero para olvidar con el fracaso en Europa y la decepción en la Copa, fruto de una mejorable planificación invernal y, sobre todo, de la labor de Quique Setién, que no ha sabido manejar en ningún momento las dos eliminatorias ni acaba de exprimir los recursos que tiene en la plantilla.

Alineaciones probables.

A eso se le suma un discurso que está al nivel de aquellos que justificaban lo sucedido ante el Valencia con una mirada al pasado reciente, algo que sólo conduce a la mediocridad más absoluta y a un conformismo rancio que lleva implícito un gen perdedor muy tóxico para un Betis que pretende crecer.

El Betis se mide a un rival que suele ser muy intenso, por lo que deberá salir enchufado al partido desde el inicio

Por suerte, son muchos los béticos que no viven en una realidad paralela, que no tragan con todo y se rebelan cuando huelen mediocridad y conformismo, que regresaron de la capital del Turia con el orgullo de formar parte de una afición que fue lo único que estuvo a la altura en Mestalla y con el enfado por el cómo, la forma en la que el Betis de Setién fue apeado ante los de Marcelino. Por eso hoy el beticismo aguarda expectante una reacción de su equipo para que en lo que resta de temporada pueda alcanzar lo mínimo exigido para un club como el Betis, volver al Viejo Continente, con la posibilidad de la Champions, siempre presente.

Los verdiblancos, ya con una sola competición por delante, tienen la obligación de clasificarse para Europa

Y para ello, Setién tiene disponibles a todos sus hombres, a excepción de lesionado Júnior. Por este motivo, el cántabro ha tenido que dejar a varios jugadores fuera de la convocatoria, como Francis, Emerson y Javi García. Además, se esperan algunos cambios en el once con respecto al que jugó ante el conjunto valenciano, empezando por la vuelta de Pau López a la portería. Hombres como Feddal y Barragán podrían tener su oportunidad desde el inicio, y en el centro del campo y en ataque las variantes son múltiples para el preparador verdiblanco.

Setién volverá a realizar cambios en el once inicial con respecto al que salió de inicio el pasado jueves en Mestalla

Enfrente estará el Getafe, que está protagonizando su mejor temporada de la historia en Primera y, disputadas 25 jornadas, ha pasado la semana con 39 puntos en la cuarta plaza de la clasificación que le daría acceso a disputar la Liga de Campeones. El equipo madrileño está cimentando su rendimiento en la solidez defensiva, puesto que con 22 goles es el tercer equipo que menos encaja de la categoría por detrás de Atlético y Valencia, pero también con la efectividad en ataque de la dupla formada por Jorge Molina y Jaime Mata.

El duelo táctico entre Setién y Bordalás, otro de los ingredientes del duelo en el Villamarín

Los dos delanteros del cuadro azulón llevan diez goles cada uno, están siendo determinantes en la mayoría de los encuentros y suman casi el 70 por ciento de los tantos del equipo en el campeonato. Para este encuentro Bordalás tiene la importante baja del lateral izquierdo portugués Antunes, que está sancionado, y lo sustituirá en el once el uruguayo Mathías Olivera, su recambio natural. La otra novedad podría estar en el regreso al centro del campo del uruguayo Mauro Arambarri, tras dos partidos sin jugar debido a una lesión en el recto de la pierna derecha, aunque no se descarta que Bordalás siga confiando de inicio en Mathieu Flamini.

Tampoco faltará en esta cita el duelo de estilos entre dos técnicos con una manera de entender el juego totalmente diferentes, Setién y Bordalás. Otro ingrediente más en una cita en la que el Betis tiene la obligación de levantarse.