Betis-Olympiacos | UEFA Europa League

La victoria es el fin

  • Ganar al tercero de la liga griega dará el pase a los dieciseisavos y sofocará las críticas que vuelven a arreciar sobre Setién

  • Es vital recuperar la firmeza como local ante el calendario

Lo Celso y Sanabria bromean en la sesión matinal de ayer en el Benito Villamarín.

Lo Celso y Sanabria bromean en la sesión matinal de ayer en el Benito Villamarín. / Antonio Pizarro

La ciclotimia, palabra de origen griego, marca los pasos de este guapo Real Betis Balompié. Tan pronto asombra al mundo con una disertación en San Siro como se ausenta de una prosaica mañana en Getafe. Tan pronto deja al Barcelona de Messi patas arriba y descompuesto, como le da la misma vida al peor Villarreal de los últimos años, que no había ganado como local hasta que los verdiblancos lo visitaron el pasado domingo. El Betis de Quique Setién es así. Para lo bueno y para lo malo.

Ocurre que el aficionado bético, cuya pasión por el verde y el blanco no le impide discernir, sabe que disfruta de una de las mejores plantillas de su historia. Que aunar en un mismo vestuario a Pau López, Mandi, Bartra, William Carvalho, Guardado, Joaquín o Lo Celso distingue a un señor equipo. Y que manejar un presupuesto por encima de los 126 millones de euros exige un vuelo mucho más alto del que describe hoy la formación heliopolitana en el frente troncal, la Liga.

La previa La previa

La previa / Departamento Infografía

Hoy no se trata de la Liga. Se trata de la Europa League. Del premio al enorme y meritorio esfuerzo de la pasada campaña. Y si el partido de hoy es una consecuencia de las cosas bien hechas, vencer al Olympiacos, además de garantizar el pase a los dieciseisavos de final de la competición, también puede tener un efecto recíproco en la presente Liga.

La victoria volvería a calmar las aguas, de nuevo revueltas en el entorno de Quique Setién, y el efecto psicológico sería fabuloso ahora que los béticos afrontan una secuencia de partidos al abrigo de su numerosísima hinchada: tras Olympiacos comparecerá el próximo domingo la Real Sociedad, el jueves 6 lo hará el Racing de Santander en la Copa del Rey y el domingo 9, repetirá turno liguero en el Benito Villamarín ante el Rayo Vallecano.

Hacerse fuerte en casa de una vez se antoja primordial para que el Betis aclare su futuro en los dos torneos por eliminatorias, sí, pero también para que despegue en la Liga. Ahora mismo está a cuatro puntos del sexto, lo que no es mucho, pero son siete equipos los que median entre ese último puesto europeo, que ocupa el Real Madrid, y este irregularísimo Betis.

Setién tendrá que diseñar el pulso de esta noche con amplitud de miras. La Real Sociedad, el mejor visitante hasta ahora en la Liga, preparará durante toda la semana su comparecencia en Heliópolis el medio día del domingo, lo que de nuevo, como ocurrió con la secuencia Milan-Getafe, deparará un corto periodo de recuperación para los verdiblancos. Sería prudente, pues, dar descanso a algunas de las piezas maestras del engranaje. Entre otras cosas, porque al Betis incluso le vale el empate ante Olympiakos para seguir dependiendo de sí mismo en la última jornada, que depara el viaje a Luxemburgo para jugar ante un equipo de jugadores semiprofesionales.

Hoy es día para que vuelva a palpar sensaciones en la portería Joel Robles, que tan decisivo fue en el arranque en Grecia ante el rival de hoy; también es ocasión para que Barragán se reencuentre con esa banda en la que tan generoso fue la pasada campaña con sus compañeros; es propicio el partido para que Javi García vaya probándose y se sume al carro; y también la noche aconseja que Canales sea el escudero de William Carvalho, ya que el finísimo zurdo cántabro no podrá actuar ante la Real por cumplir el ciclo de cinco amonestaciones.

En el frente del ataque, el aficionado bético se solaza con la convicción de que Lo Celso saldrá a jugar. El placer de la estética despierta esa expectación. Porque el argentino sólo sabe jugar bonito, muy bonito. Su trayectoria en la Liga Europa es hasta ahora imponente. Parece llamado a brillar y decidir. Y con su controvertida suplencia en Villarreal, más razón para que hoy salte de inicio.

Por delante del genio rosarino, Setién podría recuperar los dos puntas, con el dúo Sanabria-Sergio León como ante el Dudelange en casa y en San Siro. Ambos necesitan reivindicarse.

La entrada de jugadores faltos de protagonismo también va a facilitar el descanso de gente como Júnior, Guardado, Joaquín o Loren, que agradecerán tener la musculatura descargada para forzar un cambio de agujas ante la Real Sociedad.

La victoria disipa cualquier cuenta: el Betis se meterá en el bombo de los dieciseisavos. El empate lo dejaría pendiente de vencer en Luxemburgo para pasar contando con que el Milan gane al Dudelange. Pero ojo, que una derrota hoy por más de un gol dejaría a los béticos fuera, aunque gane en Luxemburgo, con un biscotto entre italianos y helenos.

La palabra “ciclotimia” es griega, como el visitante que hoy asoma por el Benito Villamarín. Pero la palabra “victoria” es latina. Tan latina como el nombre del equipo que mora en Heliópolis.

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