Rayo Vallecano-Betis | La crónica

El Betis de Pellegrini se pierde camino de Europa (2-0)

  • El equipo verdiblanco dimite con rotundidad del áspero partido en Vallecas y enlaza su tercera derrota consecutiva en la Liga

  • Fekir lanzó al poste con 0-0 en el minuto 22 y el peligro no volví hasta el 88 con un remate de Isco, cuyo retorno fue lo único positivo en el Betis

  • Sigue séptimo, pero el Villarreal se suma al Valencia como amenaza por abajo

El rumano Ratiu celebra el 2-0 ante un decepcionado Ayoze.

El rumano Ratiu celebra el 2-0 ante un decepcionado Ayoze. / Fernando Alvarado (Efe)

Desde aquel embrionario equipo de Manuel Pellegrini, en la campaña 2020-21, no se veía a un Betis tan perdedor como el de ahora, que sufrió en la ratonera de Vallecas su tercera caída consecutiva con los goles de Lejeune y Camello (2-0) para hondo pesar de los béticos y, algo menos, de los sevillistas, que, indirectamente, jugaban al sur de Madrid por su lucha por la salvación.

El Betis apenas sacude, intimida, remata. Ni siquiera a un rival que no ganaba en su casa desde septiembre. Fekir envió una pelota al palo, cierto es, aún con empate a cero en el minuto 22. Pero desde entonces hasta el minuto 88, una hora larga después, no volvió a rematar con visos de peligro. Lo hizo Isco Alarcón, cuyo retorno a la yerba fue la única noticia alegre para el bético en la tristísima tarde-noche vallecana. Dimitrievski, entonces lesionado, lo esperaba cerrando su palo izquierdo y le detuvo el tiro.

Por entonces, el Betis ya deambulaba derrotado. A pesar del empeño del malagueño, quien retornó para seguir jugando a otra cosa que el resto de sus compañeros, como ya hizo en su sideral primera vuelta. En realidad, nunca jugó como hay que hacerlo en Vallecas, atando el fútbol de fricciones y espacios cortos, igualando la agresividad del anfitrión, y a partir de ahí, que la calidad pusiera las cosas en su sitio. Es el problema de este Betis: se supone superior al Dinamo de Zagreb, pero no lo plasma. Ni ante el Villarreal. Ni siquiera ante un Rayo que saltó al campo con el miedo en sus tuétanos.

Manuel Pellegrini dispuso a dos contrafuertes para ese fútbol de segundas jugadas y rechaces que ordena Vallecas, Guido Rodríguez y Johnny Cardoso para lo que gusten mandar. Un descuido o una desconexión súbita en una jugada en zona comprometida cuesta carísimo dentro del frenesí embarullado de este terreno de juego de aire tan anacrónico. Y fue lo que el ocurrió a Johnny puntualmente. Se enredó con la pelota, varios rayistas fueron como lobos hambrientos, le robaron el balón y luego Pezzella le metió el pie al astuto Isi Palazón para que el Rayo Vallecano, atenazado hasta entonces por su pésima racha de nueve jornadas sin ganar, encontrara un clavo al que agarrarse con una peligrosa falta directa, la segunda tras la que malogró esa mentira de futbolista que es hoy Raúl de Tomás.

Lejeune se decidió a lanzarla. Vio claro que el palo bueno era el que guarecía Rui Silva, que reaccionó tarde al golpeo duro, pero no imparable, del francés. La mano del luso no fue todo lo dura que requería esa pelota, que se coló tras el desvío del portero. Corría el minuto 40 y el partido se le ponía muy espinoso al Betis.

Hasta entonces, el encuentro ya parecía uno de esos partidos en el patio del colegio, en el que la pelota cambia de equipo cada dos toques, o uno, con el caos dueño y señor del guion. El Rayo confundió intensión con precipitación, pero el Betis no le fue a la zaga y rivalizó en imprecisiones y pérdidas con un equipo que lucha por un objetivo mucho menos noble esta temporada que los heliopolitanos.

El fútbol de Vallecas casi siempre es embarrado. Aunque el barro ya apenas aparezca en el fútbol contemporáneo, en ese minúsculo rectángulo siempre manda el barro.

No hay noticias del carácter, del amor propio, de la rebeldía. Es momento para dar un golpe en la mesa y apretar en la lucha con la Real Sociedad por la sexta plaza, el techo de este campeonato, pero la lánguida escuadra de Pellegrini no sólo se aleja ya a cuatro puntos del cuadro txuri urdin, sino que está alimentando las ilusiones de dos acreditados perseguidores, Valencia –octavo a dos puntos, pero con la visita a Granada aún pendiente– y Villarreal, quien con su victoria de este domingo ante los de Mestalla, se acercan ya a cuatro puntos de los heliopolitanos. Ojo, que si la séptima plaza da la Conference League si el Athletic conquista la Copa, la octava es la nada.

Y a eso juega hoy el Betis. A nada. Poco a poco, el Rayo detectó que los nombres intimidaban más que su fútbol: Pablo Fornals y Ayoze Pérez se perdieron en su hueco dinamismo entre líneas, y ese imán que Nabil Fekir tiene para atraer la pelota y ser el dueño de ella no lleva al equipo por los caminos de antes. Más bien lo lleva a un camino de perdición.

Ni en el balón parado anduvo fino el zurdo jugador francés. Y esa faceta resulta aún más determinante en un campo tan particular como el vetusto Vallecas.

Poco después de la reanudación, Manuel Pellegrini no tardó en recuperar el liderazgo y la luz especial que emana de la bota derecha de Isco. El malagueño, que relevó a Johhny Cardoso, empezó muy atrás, junto a Guido, pero con esa proyección que ya mostró antes de su lesión. En el minuto 57, recibió en su mediocampo, se giró, se marchó, abrió en largo a la derecha y tuvo piernas para irrumpir en el área al primer palo, donde tanta pólvora tuvo en la primera vuelta.

Pero nadie siguió el compás de Isco. William Carvalho salió por Fekir en el 68 y lo primero que hizo fue regalarle un gol a Camello en una insólita cesión atrás, pero Rui Silva repelió el durísimo tiro del delantero.Poco después en el 79, Óscar Trejo, también en su primera acción, dejó pasar la pelota en un saque de banda desde la derecha, Camello tuvo tiro, pero Pezzella se lo bloqueó al tirarse al suelo. Pero el rechace le cayó de nuevo al punta, que esta vez no falló al picársela a Rui Silva.

Por si quedaba alguna duda antes, el Betis terminó de claudicar. Ya estaba en el campo Assane, incómodo sin espacios, y luego ingresaron Abde y Rodri para ser otros intérpretes más en la tercera derrota seguida. El Betis se ha perdido camino de Europa.

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