Dinamo de Zagreb-Betis | La crónica

El Betis consuma su fracaso europeo (1-1)

  • Los verdiblancos no son capaces de remontar la eliminatoria contra el Dinamo de Zagreb pese a adelantarse con un gran gol de Bakambu

  • Los croatas fueron capaces de empatar y ya no sufrieron en exceso atrás

  • Así le hemos contado el Dinamo de Zagreb-Betis

Taneko, autor del gol de Dinamo de Zagreb, cae ante Miranda.

Taneko, autor del gol de Dinamo de Zagreb, cae ante Miranda. / Antonio Bat | Efe

Fracaso con todas las letras del Real Betis Balompié en su participación europea en la temporada 2023-24. Los verdiblancos no fueron capaces de pasar en un grupo bastante asequible en la Liga Europa y en Zagreb, capital de Croacia, consumaban el desastre en el play off de clasificación para los octavos de final de la Conference League. Existen algunos eximentes, como en todos los juicios de valor, léase lesiones y pésima confección de las listas tanto al final del mercado veraniego como en el invernal, pero el Betis, este Betis que adiestra Manuel Pellegrini, estaba obligado a mucho más en ambas competiciones.

Desafortunadamente, ya no hay vuelta atrás, el Betis fue incapaz de doblegar a un Dinamo de Zagreb que ha tenido problemas parecidos, no idénticos, con las ausencias y que no domina su liga como en los últimos decenios. Pero los verdiblancos no estuvieron nunca al nivel que se les exigía y ni siquiera fueron capaces de aprovechar la ventaja con la que se fueron al intermedio gracias al excelente gol de tacón de Bakambu.

Parecía que entonces estaba hecho lo más complicado, que sería cuestión de tiempo que el Betis plasmara sobre el césped del caldeado Maksimir su teórica superioridad, pero en absoluto fue así. La sustitución de Bakambu privó a los forasteros de su mejor arma ofensiva y el resto fue un quiero y no puedo, incluida la forma de defender el tanto de la paridad final. Chadi Riad llegó tarde a la cobertura por la derecha y Miranda siguió con la mirada al japonés Kaneko. Cuando trató de reaccionar ya era imposible evitar el 1-1. Todo sucedía mientras Pezzella lo seguía desde su domicilio particular, cabe suponer, por aquella absurda tarjeta amarilla por protestar en el tiempo de prolongación de la ida.

La lista de 25 futbolistas

Todo era inexplicable, pero hay que empezar por darle trascendencia a la confección de una lista de 25 futbolistas de la que se cae casi antes de comenzar Luiz Felipe por un traspaso que era necesario, pero que también pudo ser previsto. Las lesiones sí son imposibles de vaticinar, pero el resto no es lo mismo y lo cierto es que entre una cosa y otra Chadi Riad no pudo participar en la primera fase y en estos dos partidos no pudieron estar Pablo Fornals y Chimy Ávila por la imposibilidad de hacer más cambios que los tres (entradas y salidas) permitidos.

Eso sí, quedaba un segundo asalto para tratar de revertir el decisivo 0-1 de la ida favorable al Dinamo de Zagreb y la superioridad del Betis parecía que se iba a marcar desde la primera jugada en el estadio Maksimir. Un par de centros al área desde la banda izquierda, la que ocupaba Abde, eran muy mal despejados en el primer minuto de juego por los defensores locales y no fueron rematados dentro del área de puro milagro por los hombres que esta vez vestían completamente de verde. En el segundo de ellos, incluso, quedaba margen a la duda al golpear la pelota en el brazo de Theophile-Catherine, pero era un balón rebotado, fruto de su pésimo intento de alejar el peligro.

La carta de presentación no había estado mal, era justo lo que les había pedido Pellegrini a los suyos en un partido en el que arrancó con todo lo previsto y con más velocidad en las bandas a través de Assane Diao y Abde. Como centrales, los dos únicos que estaban a disposición del técnico y uno ni siquiera lo es, Marc Roca, y en el medio del campo se quedaba sólo Johnny para que William Carvalho fuera una pieza más en el entramado ofensivo. Arriba del todo, un Bakambu que parecía que se iba a convertir en un elemento decisivo en su primera titularidad.

Pero en la disección del primer periodo conviene puntualizar que todo estuvo mucho más equilibrado de lo previsto, que el Betis no fue capaz de transmitir una imagen mandona y que incluso recibió algunos sustos de consideración, sobre todo en un remate de Petkovic al poste cuando parecía que Rui Silva estaba batido en una segunda jugada tras un saque de esquina (22').

El fútbol, sin embargo, no entiende uys y sí de goles anotados por los árbitros en el acta correspondiente cuando finaliza el tiempo reglamentario. Donde los locales se quedaban en el intento, al contrario que en la ida, en la devolución de visita quien sí se mostraba tremendamente efectivo era el Betis. Y la razón estuvo en la confirmación de las buenas maneras que había mostrado el congoleño Bakambu en su debut contra el Alavés.

Gol de tacón

Bastó con que Aitor Ruibal aprovechara una indecisión entre dos defensores para que el lateral derecho se internara absolutamente en solitario por el costado derecho. A partir de ahí todo es mérito suyo y después una acción de mucha calidad de Bakambu en el remate. El catalán levantó la cabeza, tuvo la pausa necesaria y pidió incluso que un compañero viniera a dar el golpe definitivo. Fue el congoleño quien se ofreció, acudió al remate casi en la línea de gol y se sacó el único recurso posible, un taconazo con la pierna derecha.

El Betis se había puesto por delante antes del descanso y eso era la evidencia necesaria de que no había que realizar una proeza para tratar de remontar la eliminatoria pese al varapalo casero. Bastaba con jugar con cabeza, ser cauto, no recibir y después golpear en la primera que se presentara. 

Y eso fue lo que cumplió durante el primer periodo. Tanto que se marchó con la eliminatoria igualada y con un nuevo partido por delante, éste de cuarenta y cinco minutos si no era necesaria una prórroga. Pero hasta en el descanso habría una mala noticia, Bakambu se quedaba en el vestuario por un problema físico y era necesaria la presencia de Willian José.

Sin embargo, nada más comenzar pudieron marcar Fekir (46') y Willian José (50'), lo que hubiera puesto el camino cuesta abajo, pero no fue así y el Betis iba a ir dando pasos hacia atrás en lugar de progresar como se podía intuir con ese marcador de 0-1. 

El Dinamo de Zagreb, siempre con el faro de la calidad de Baturina para la creación, se sintió cómo y ya dio el primer aviso con un disparo desde la frontal absolutamente solo (51'). Y después llegaría el empate en un ejemplo clarísimo de cómo no se debe defender (59').

Gol con la portería vacía y aún mucho tiempo por delante para que el Betis arreglara aquello. Parecía que debía ser así, que al final la calidad se impondría, pero en absoluto iba a acontecer lo que se presuponía. Los béticos habían dimitido y ni siquiera los cambios de Pellegrini lograban el efecto de acercarlos al gol. Ni una sola oportunidad y, para colmo, un disparo absurdo de Fekir en una falta lateral con todos sus compañeros en el área (89'). Si entra, se le aplaude, pero si va a las manos del portero cómodamente se pregunta cualquier aficionado qué quería el mago francés.

Seguramente él, Fekir, tendrá la respuesta, como todo el Betis, para haber vivido una noche tan triste en Zagreb. Incapaz de cambiar de ritmo para derrotar a un Dinamo aparentemente inferior, pero en el fútbol no valen las apariencias, sí los resultados, y el papel del Betis en Europa en este curso no ha podido ser más decepcionante. Queda la Liga por delante, pero en una crónica se enjuicia a través del partido que se ha litigado.

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