Aunque el vestuario del Betis está centrado en el sprint final de la Liga, los dirigentes sí tienen una visión a medio plazo que pasa por cuadrar el balance contable. Ahí se enmarca el último movimiento de Nabil Fekir, uno de los activos más valorados del club verdiblanco, y que ha cambiado de agencia de representación justo unos meses antes de que se abra el periodo de fichajes.

El atacante francés, que al Betis llegó asesorado por gente cercana pero sin un representante definido, se ha puesto ahora en manos de la agencia Promoesport, que ya ha manejado las situaciones de otros futbolistas béticos y que también ha participado en numerosas operaciones en las últimas temporadas.

El nombre de Fekir será uno de los que agiten el mercado del Betis, que necesita generar plusvalías para cuadrar sus balances y el francés es uno de los jugadores más valorados, pese a que ahora mismo está fuera de los planes de Francia para la Eurocopa.

Fekir llegó al Betis en el verano de 2019 en una operación que se cifró en 19,75 millones de euros más otros 10 en variables –no todas eran de fácil cumplimiento–. Además, tanto el Olympique de Lyon (20%) como el propio Fekir (10%) se guardaban un porcentaje de una futura venta, de ahí que el club verdiblanco necesitase un traspaso millonario para generar plusvalía.

Ya la pasada temporada, equipos como el Milan preguntaron por la situación del atacante, pero el Betis exigía una cantidad imposible para una situación del mercado como la que se produjo el pasado verano tras estallar la pandemia. El club rossonero pretendió una cesión con opción de compra, una modalidad que no se planteaban en Heliópolis, ya que hubiera imposibilitado fichar un sustituto. Los dirigentes béticos prefirieron apostar por la continuidad del francés, pese a que con su alto salario de casi siete millones de euros se dificultaba cumplir con el tope marcado por LaLiga.

El resultado, por ahora, ha sido positivo y por ejemplo el golazo que anotó Fekir contra el Levante ha dado la vuelta al mundo, ya que en el Betis se mantiene la idea de que sólo se le daría salida si llegase una oferta muy beneficiosa para la entidad.