En Heliópolis, duelo entre muy parecidos

Desde mi córner

La ausencia de Aspas acabó con el efecto de revulsivo del cambio en el banquillo del Celta

Después de la aventura copera que puso a los nuestros en disposición de entrar en el bombo de pasado mañana, su majestad la Liga retorna a Heliópolis. Se trata de un partido entre iguales, de dos equipos que juegan la misma Liga, esa Liga que pasa de lo inquietante por la cercanía del precipicio a lo esperanzador de volver a conseguir plaza en el concierto continental. O sea, un choque tan parejo como cualquier Betis-Celta.

Viene el Betis de una racha de resultados muy agradables, aunque las tablas del derbi dejaron el sabor agrio de no ganar y el dulce de una buena imagen. El triunfo en Huesca y también el copero de Gijón han sumido al Betis en un trance de tranquilidad también de alto en ese fuego graneado, y cruzado, que signa su existencia. Y reciben los de Pellegrini a un Celta que puede haber visto cómo caducó el efecto revulsivo que supuso la llegada del argentino Coudet a su banquillo.

Tuvo un efecto efervescente el cambio de entrenador para el equipo vigués. Juego vertiginoso y abundancia de goles bajo la batuta y la ejecución de Iago Aspas, pero la lesión de éste y la forma en que el Villarreal holló Balaídos hicieron de antídoto al revulsivo. Hoy llega con números casi idénticos a los del Betis, pero con los mismos puntos y dos puestos por delante. Y en esos números, un común denominador, el de la poca fiabilidad de sus respectivos sistemas defensivos.

Y con esas parecidas tarjetas de visita arriban esta noche a Heliópolis para el cierre de la primera vuelta. Veintitrés puntos cada uno, sigue ausente Iago para bien del Betis y habrá de continuar Joel Robles en su puerta por la enésima lesión muscular del veterano Claudio Bravo. El factor campo en este tiempo de pandemia es imperceptible, pero da la impresión, así a bote pronto, que es el Betis quien llega a la cita con más confianza en sí mismo, pero son tan similares ambos...

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