Puede que estemos ante el partido para una época de cuanto concierne en verde, blanco y verde. Puede que esta cita de hoy en la cuenca del Ruhr sea para una catarsis que cambie la historia de este Real Betis Balompié que ha vuelto a vivir una comunión sincera con su gente. No será tarea fácil doblegar al Bayer 04 Leverkusen a partir de las nueve de la noche en todos los relojes de Renania-Westfalia y de cierto lugar llamado Heliópolis.

En el recuerdo sigue muy fresca lo apurado que resultó el turno de ida para la tropa de Pellegrini. Aquel gol de Borja Iglesias desde los once metros fue neutralizado en un doble error de William Carvalho, pero es que cuando tañía la última campana salvó Bravo uno de los puntos en liza. Eso ya es historia e historia es también aquel recital de Alfonso Pérez Muñoz en Kaiserslautern con dos golazos que decidieron la eliminatoria prácticamente en esa ida de la extinta UEFA.

Manda el presente, sólo el presente, y dice que no atraviesa el equipo renano por sus mejores días. Líder de grupo, sin embargo, se trata de un equipo que tiene en el dinamismo su punto fuerte. Preparado por ese gallego nacido en Suiza que es Gerardo Seoane, el equipo de la aspirina cayó como local ante el Wolfsburgo, pero ocupa una cuarta plaza en la Bundesliga, por delante de equipos de Champions como Wolfsburgo y Leipzig y a ocho puntos del líder, el Bayern.

Y a la cita en el moderno Bay Arena acude el Betis con la sensación de encontrarse ante un momento clave para presente y futuro del club. Olvidado lo del domingo en el Wanda, las palabras de Haro recalcando la importancia de esto de hoy subrayan qué significa este Bayer-Betis. Los recuerdos alemanes son gratos en el club verdiblanco, pero el presente es el presente y no cabe la menor duda de que nos encontramos con una cita con la historia, una historia mejor.