Traía en la mochila carácter de trascendente, un partido en el que sólo vale ganar y que a punto estuvo de irse al traste por un error monumental de Bartra. Pero bien está lo que bien acaba y no pudo terminar mejor para un Betis que ya ve asequible visar el pasaporte con el que circular por Europa. Victoria que vale su peso en platino y que llegó de la mano del surrealismo que siempre supone un indirecto en el área chica que concretó Borja.

Se encaraba en Heliópolis una cita crucial, una más en este fin de curso tan interesante. Y llegaba un Granada que se ha especializado en complicarle la vida al prójimo de turno y que va a ponerle las cosas en japonés al Betis. Tanto le complica la vida al equipo de Pellegrini que cuando a los cuarenta minutos abre la lata Borja Iglesias permanece vivo gracias a Bravo, que ha neutralizado tres ocasiones de gol, una de ellas fruto del fuego amigo que protagoniza Bartra.

Un gol invalidado por fuera de juego milimétrico de Machís le heló la sangre a un Betis al que no le salía el fútbol por las botas... hasta que le brotó. Omnipresente Guido, fue entonándose Carvalho para que ya fuese el Betis el que le complicase la vida a los de Diego Martínez. Y en éstas, el gol de Borja en una combinación que remató Ruibal con asistencia que el ariete concretó en lance made in goleador. Y al descanso se llega con el Granada siguiendo sombras y pidiendo la hora.

Pero la continuación tenía mal cariz, ya que el Betis había dado varios pasos atrás o el Granada los había dado hacia adelante. Nuevamente emerge la figura de Bravo y nuevamente hay fue amigo de Bartra que Machís materializa en el empate. Se teme lo peor, pero Rodri y Lainez revitalizan al Betis, Gonalons hace una tarugada con cesión a su portero en la línea de gol y gol del Betis, nuevamente de Borja para un triunfo que se antoja sencillamente trascendental.