Real Betis

El amargor se une con la esperanza (2-3)

Los futbolistas del Betis protestan la tarjeta roja a Emerson.

Los futbolistas del Betis protestan la tarjeta roja a Emerson. / Antonio Pizarro

Derrota dolorosa para el Betis y, paradójicamente, la ilusión puede anidarse en los corazones de sus fieles seguidores. El equipo de Manuel Pellegrini le planteó un hermoso pulso al campeón de la Liga, a ese Real Madrid al que no le hace falta siquiera acompañar con un buen delantero a Benzema, porque de ello se encargará el VAR con su selección de las imágenes. Lástima que esa disertación de buen fútbol no tuviera ningún rédito y que llegara de esta forma la primera derrota liguera de los verdiblancos, pero está claro que si el camino es ése, si no se tuerce, no será otro año igual.

Es complicado abjurar de la fe resultadista, de no apelar al 'score' anotado en el acta por De Burgos Bengoetxea, si es que no se equivocó y lo rectificaron con posterioridad, porque con la noche que protagonizó cualquiera sabe… Pero hay veces que las conclusiones no se pueden limitar exclusivamente a ese dos a tres que se registró finalmente para dar fe de lo acontecido.

El Betis protagonizó un ejercicio de valentía, de saber ir siempre a por el gigante, de buscarle las cosquillas y todo eso lo acompañó, además, con una buena disposición defensiva, con un entramado posicional que sólo se rompió por la impericia individual en algunos pases errados. El primero de ellos fue el protagonizado por Mandi en un pase inocuo al medio para que desde ahí se generara toda la acción que acabó con Fede Valverde, precisamente el que se encontró con la pelota en el eje, batiendo a Joel Robles y anticipándose, cómo no, al defensa argelino en su intento por llegar a proteger a su guardameta.

Pellegrini apostó por Sanabria arriba para estar más cerca de un 1-4-4-2 con Fekir de punta y su equipo estuvo bastante equilibrado

Pero los errores forman parte del fútbol, por supuesto que sí, y el Betis se ponía con todo en contra demasiado pronto, incluso casi le pudo decir adiós a la pelea cuando pareció noqueado y Sergio Ramos le regaló una vida suplementaria. Mal negocio para el camero y los suyos, porque este equipo de Pellegrini tiene un elevado espíritu de pelea, sin nada que ver con los cursos anteriores.

El Betis no se descompuso, siguió con su plan inicial mientras desde el banquillo se desgañitaban pidiendo que no se metieran más pases hacia el centro, que no se arriesgara el balón sin sentido y originando peligro del contrario. Era una de las consignas, la otra, la más repetida, era apuntarle a los mediapuntas que se movieran, que no estuvieran estáticos y supieran hallarle la superioridad en las espaldas a Casemiro.

Dicho y hecho. El cuadro local siguió con ese plan trazado y cada vez se fue moviendo mucho más cerca de Courtois y siempre de esa manera con mucho dinamismo entre las líneas del Real Madrid. Las ocasiones de peligro, que fueron muchísimas en los apuntes del cronista, comenzaron a llegar con más asiduidad. Antes del cero a uno ya le había hecho un paradón de reflejos el guardameta madridista a un testarazo de Sanabria, aunque en honor de la verdad eso debió ser gol de todas todas, pues el remate no podía ser más franco.

Después del tanto de Fede Valverde sería Fekir quien la tuvo con un disparo cruzado que se fue fuera por muy poco cuando la posición del francés era ideal para haber puesto ya las tablas (20’). También Sanabria la tuvo en un balón que peleó con Casemiro y se fue arriba (20’). Los anfitriones venían avisando hasta que llegó el tanto de cabeza de Mandi en una jugada de córner ensayado hacia atrás para que Canales centrara con toda la ventaja.

El técnico quería mucho movimiento entre líneas y los suyos supieron ejecutarlo para hacerle daño al Real Madrid y hasta remontar

La paridad en el marcador no podía ser más justa, pero tampoco podía sorprender a nadie lo que sucedió apenas dos minutos después. Fekir tuvo una superioridad por la izquierda, supo esperar la incorporación de William Carvalho, del interior William Carvalho, y el portugués le pegó con el alma con la izquierda. Courtois lo intentó, pero el balón le dobló la manopla y se introdujo en la portería. En un abrir y cerrar de ojos el Betis había sido capaz de darle la vuelta a aquello y hasta se iba al intermedio acariciando la posibilidad de prolongar su racha de triunfos.

El Real Madrid, lógicamente, tenía que reaccionar. Lo hizo por necesidad, por un problema físico de Kroos, antes de ese tiempo de descanso y lo repitió en la pausa con la entrada de Isco por Odegaard. Los galones se adquieren con el tiempo y lo cierto es que, aunque estaba todavía Jovic sobre el verde, el conjunto visitante fue mejorando en su funcionamiento. Tanto que Emerson materializó el empate en propia puerta en colaboración con Benzema. Era el minuto 48, y fue con una acción que no fue fuera de juego por el pelo de una gamba.

Todo volvía a complicarse y ya el Real Madrid era el que parecía más cerca de romper el equilibrio. Lo pudo hacer de nuevo Benzema porque, aunque estaba en fuera de juego previo, dio un susto de los gordos con un balón que se topó con el larguero y pareció botar dentro (52’). El VAR ahí ni siquiera apareció, aunque el 'orsay' parecía evidente en el arranque.

Con la salida de Isco y Modric el cuadro de Zidane sí hizo más daño con el control del balón y llegaron las decisiones arbitrales

El artilugio sí iba a ser protagonista en la recta final con sus ayudas, si se pueden llamar de esa manera, al desacertado De Burgos Bengoetxea. Aunque Fekir tuvo otra opción en un disparo fuera, el juego se fue volcando hacia el área de Joel Robles y más que lo iba a hacer cuando se produjo la primera jugada polémica. Emerson era expulsado por ser el último hombre cuando pareció que ni el principal ni González González desde el monitor televisivo lo tuvieron claro, pues el ayudante le pidió al principal que fuera él quien se mojara viendo las imágenes.

En fin, en estos casos siempre a favor del Real Madrid, faltaría más, y Emerson se iba del campo con casi media hora de fútbol por delante. Lógicamente, el Madrid buscó el triunfo, desde el mismo lanzamiento de falta de Sergio Ramos, que rozó la escuadra y hasta que el VAR, de nuevo, acudió en su ayuda. Se pedía la segunda tarjeta para Carvajal cuando el realizador halló por ahí una mano perdida de Bartra. Albricias, al coloso le volvían a poner la misma alfombra de siempre.

Sergio Ramos dio las gracias con el penalti transformado, el Betis lo intentó de todas las maneras posibles, pero ya era imposible. Es más, Joel Robles incluso lo salvó de un mayor castigo. Eso sí, el ejercicio de dignidad y de ganas perduró hasta el minuto 53 de ese segundo periodo. El Betis de Pellegrini había cedido por primera vez, pero con ese espíritu está garantizado que ganará más veces de las que perderá.

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