Celta - Betis | La crónica

Los centrales, ese problema gordo para el Betis (2-1)

  • Los verdiblancos caen en el tiempo de prolongación ante el Celta debido a un gol en el que el griego Sokratis trató de buscar el fuera de juego con su rival partiendo desde su campo y ya no pudo llegar

  • El partido estuvo equilibrado hasta un final loco en el que el equipo de Pellegrini se había salvado por un tanto bien anulado a Strand Larsen

  • Así le hemos contado el Celta-Betis

Swedberg dribla a Rui Silva para anotar el gol del triunfo del Celta.

Swedberg dribla a Rui Silva para anotar el gol del triunfo del Celta. / Salvador Sas | Efe

Tercera derrota del Betis en LaLiga en el epílogo de la primera vuelta. El equipo de Manuel Pellegrini cayó en el tiempo de prolongación contra el Celta y lo hizo, casualidad o no, por no haberse protegido bien en la zona central de su defensa. Sokratis, el experimento para cubrir la plaga de bajas entre lesiones, traspasos y Copa de África, se quedó un metro y Swedberg lo castigó con dureza para anotar el gol definitivo a puerta vacía después de arrancar casi desde el centro del campo.

Cierto que fue una concatenación de circunstancias. Atacaba el Betis en busca del triunfo, Pezzella tuvo un despeje complicado y la pelota le cayó al joven Hugo Álvarez. Los verdiblancos no podían estar más desprotegidos atrás, ya se había visto en otras jugadas previas que Sokratis no llegaba a ninguna de las coberturas y que su compañero de zaga, el campeón del mundo, providencial casi siempre, tenía que tapar los huecos que dejaban todos los demás, sobre todo el griego.

A Sokratis lo pilló un metro más atrás de donde debía estar para tratar de provocar el fuera de juego del rival y el pase de Hugo Álvarez lo señaló aún más. Lo cogió con Swedberg, fresquito y lanzado en la carrera, y con el griego obligado a reaccionar después de 98 minutos en el pesado césped de Balaídos. Lo hizo al revés, en lugar partir para atrás rápido, quiso provocar un fuera de juego imposible. Ruina. Sokratis ni siquiera tuvo la opción de llegar, siempre fue dos o tres metros por detrás del sueco y éste lo tuvo fácil para driblar a Rui Silva y marcar a puerta vacía.

Responsabilizar únicamente a Sokratis sería bastante injusto, pero el problema de planificación en el Betis ya es una evidencia. El griego, un parche de un jugador parado, tuvo que ser titular obligatoriamente porque Luiz Felipe se marchó por muchos millones con la Liga empezada, algo que nadie duda de que fuera una gran gestión para los verdiblancos, aunque con el lógico perjuicio deportivo; Bartra se lesionó, cuestión de la que, como dice Pellegrini, ningún equipo está a salvo; y encima Chadi Riad lo ha hecho tan bien como sustituto de todos que Marruecos se lo ha llevado a la Copa de África. Es verdad que es un cúmulo de circunstancias, pero una plantilla del máximo nivel exige un mínimo de cuatro centrales y el Betis comienza a tener un problema gordo con ello.

¿Perdió el Betis sólo por eso en Balaídos? Seguramente, no, pero en el fútbol siempre es mejor estar muy protegidos atrás para evitar que puedan darse esas circunstancias que decantan partidos tan igualados y el equipo de Pellegrini se desnudó después de haberse salvado minutos antes por la acertada decisión de Ortiz Arias de anularle un gol al Celta por una falta clara de Iago Aspas a Pezzella. Es la misma acción del penalti de Borja Iglesias a Strand Larsen, la única diferencia es que la hace el atacante y no el defensor.

Gol de Ruibal en el minuto 6

Y ese carrusel final acontecía a pesar de que no se le pudo poner mejor el partido al Betis ante un Celta siempre muy débil a la hora de protegerse. Prácticamente en el primer ataque verdiblanco ya estaba por delante en el marcador y eso permitía presagiar una buena tarde a pesar de la inestabilidad de un césped demasiado blando para el fútbol que se estila en la actualidad. Aitor Ruibal irrumpió desde atrás por su banda, halló a Isco como socio del máximo nivel para trazar una pared que lo dejó frente a frente con Guaita. Buen golpeo del catalán y el balón acaba dentro de las redes viguesas.

Aitor Ruibal anota el gol que puso por delante al Betis en el minuto 6. Aitor Ruibal anota el gol que puso por delante al Betis en el minuto 6.

Aitor Ruibal anota el gol que puso por delante al Betis en el minuto 6. / Salvador Sas | Efe

En la teoría, aunque restara todo un partido por litigarse, no había mejor situación posible para Manuel Pellegrini y los suyos. Por delante en el marcador frente a un rival azotado por los nervios que siempre provocan una situación en la tabla clasificatoria harto peligrosa. Los cánones balompédicos aconsejan golpear de nuevo para que todo se decante definitivamente, pero al Betis le faltó, entonces, tomar alguna decisión con más tranquilidad, sin tanta precipitación, cuando se acercó de nuevo al área local.

Tuvieron sus opciones para ello el propio Aitor Ruibal en una nueva acción sorteando rivales, Borja Iglesias, Ayoze e incluso Isco, pero faltó un toque de precisión en un tramo que se había puesto ideal para aprovechar las debilidades del Celta y dar un paso casi definitivo para el triunfo. Y, claro, el fútbol tiene el don de ser un juego imprevisible en muchas ocasiones, tanto como que se produzca alguna acción aislada que lo pueda variar todo de repente y deje un escenario nuevo.

Ni diez minutos habían transcurrido desde el gol de Aitor Ruibal cuando Strand Larsen llegó a un balón que parecía sin peligro antes que Borja Iglesias. El delantero gallego, en la casa donde se hizo futbolista, pisó en el talón al noruego y el penalti no admitió ninguna duda a tenor de las imágenes. Bueno, sólo la posición previa al centro de Iago Aspas, pero el VAR validó la misma. El máximo castigo fue transformado por el veterano capitán del Celta y todo volvía a comenzar en torno al cuarto de hora.

Pellegrini había apostado por William Carvalho, dentro de las posibilidades con las que cuenta, como sustituto del lesionado Guido Rodríguez y el portugués no sólo era el acompañante en el medio centro de Marc Roca, sino que se retrasaba incluso para meterse entre los dos centrales a la hora de la salida del balón. El juego, sin embargo, se había equilibrado mucho tras el 1-1 y los dos equipos pasaron por una fase en la que amagaban mucho más que daban.

Todas las acciones parecían peligrosas, entre otras cosas porque se ejecutaban con mucha velocidad, pero ninguna de ellas acababa con una opción clara de gol. Cervi (26') y Assane (46'+) pudieron disponer de las más claras, pero los dos, curiosamente, coincidieron en pegarle al aire en lugar de conectar con el balón. Así que al intermedio se iba a llegar con paridad en el electrónico y con la sensación, eso sí, de que el Betis cada vez ocupaba mejor los espacios, que estaba mejor dispuesto sobre el campo ante un Celta incapaz de defender con un mínimo de nivel.

La segunda mitad comenzaba con mayor ímpetu por parte de los anfitriones, pero después se equilibraba y todo se convertía en una moneda al aire, aunque sin ocasiones claras de gol. Sí la tuvo Altimira en un disparo que se estrelló en el rostro de Unai Núñez (76') y después el Celta en el gol anulado a Strand Larsen por un buen arbitraje a través del VAR (84').

El tramo final fue más loco y el Betis se desprotegió demasiado. Pezzella es un central magnífico, pero no es dios y su despeje dejó después a Sokratis como última opción defensiva. Mala cosa. Swedberg marcó con facilidad y, pese a que pudo empatar Ayoze, el año empieza mal para una plantilla que no puede ir a competir de igual a igual con el griego, el de ahora, no el del resto de su carrera, como única opción de central titular. Eso, el eje de la zaga, es un verdadero problema para este Betis.

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