A la final: este Betis es una máquina de generar felicidad (2-2)

Antony adelantó a los de Pellegrini con un golazo de falta, pero dos cabezazos de Gosens en sendos saques de esquina, uno de cada lado, le dieron la vuelta al marcador en el primer tiempo

En el tiempo extra Abde culminó una contra y disparo al palo en una prórroga en la que el dominio físico verdiblanco

Abde celebra su gol en el Artemio Franchi.
Abde celebra su gol en el Artemio Franchi. / Claudio Giovannini / Efe

Éxtasis bético en el Artemio Franchi. Lágrimas incontenibles. Ilusión desbordada. Gracias Betis. Nadie dijo que fuera fácil, pero sufriendo sabe mucho mejor. El Betis empató 2-2 ante la Fiorentina en un partido sufrido, luchado y empatado, aunque sabe a victoria. Victoria gorda, porque en Florencia cogió el billete el conjunto verdiblanco hacia Breslavia para disputar la primera final europea de su historia. Alló espera el Chelsea, pero el cielo es el techo.

Sufrió el Betis, pero la ambición del equipo de Manuel Pellegrini le permitió sobreponerse a esos momentos de sufrimiento, pese a que Antony con un soberbio golazo de falta abrió el marcador.

Sin embargo, la alegría duró poco porque Gosens aprovechó un fallo de marca para hacer el empate en un córner, y después, antes del descanso, igualar la eliminatoria con otro cabezazo en un saque de esquina, después de que Johnny Cardoso mandase un balón al larguero en un remate desde la frontal.

Eliminatoria igualada y todo por decidir.

En el segundo tiempo hubo ocasiones en las dos áreas. Llegadas y posibilidades, pero el choque se fue al descanso con todos los jugadores muy cansados, pero con el Betis mejor físicamente y con un Isco que gobernaba el encuentro a su antojo. Y con Mendy en el campo por el lesionado Bartra.

Y llegó al locura. Balón en largo de Vieites que Ruibal, que entró por Bajambu, bajó como un nueve, vio la entrada por el lado de Antony y éste le sirvió en bandeja el gol a Abde. A partir de ahí, sufrimiento más por el miedo que por el peligro real de una Fiorentina fundida. A la contra pudo marcar Abde, pero su remate dio en el palo prolongando el sufrimiento. Pero al final, las lágrimas de los verdiblancos fueron de felicidad. La final espera en Breslavia. El Chelsea es el rival. ¿Y por qué no seguir haciendo felices a todos los béticos?

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