Betis-Eibar | La Crónica

La permanencia, ahora sí, es virtual (2-0)

  • El Betis espanta los fantasmas con una trabajada victoria ante el Eibar que fraguó en el primer minuto con el gol de Jonas Martin

  • Joaquín y Dani Ceballos, éste con el segundo tanto, pusieron los únicos detalles de calidad

Los jugadores del Betis celebran uno de los goles.

Los jugadores del Betis celebran uno de los goles. / M.J. López

Con un enorme derroche de energías, no podía ser de otro modo, el Betis de Víctor Sánchez del Amo alcanzó la cifra de 34 puntos, que casi garantiza la permanencia en esta mediocre Liga 2016-17. La victoria ante el Eibar, fraguada en el primer minuto del partido y trabajada durante el resto hasta que Dani Ceballos se estrenó como goleador en Primera en el minuto 89, otorgará calma a la institución, que ahuyenta los fantasmas de posibles complicaciones de última hora, y servirá para que Víctor continúe como técnico, al menos hasta el final de la temporada.

Fue el triunfo del colectivo, en un día que comenzó movido con los problemas de Sanabria y Rubén Castro, que se caían de la convocatoria para dejar huérfano de gol al equipo. Tampoco se echaron demasiado en falta. Joaquín, titular cuatro meses después, se puso el disfraz de líder mientras tuvo oxígeno en sus pulmones, y Dani Ceballos, suplente también por unas molestias estomacales, apareció sobre el terreno de juego para reivindicar su figura y sentenciar un duelo que permitirá vislumbrar el horizonte de este sprint final sin más sorpresas.

No hubo brillantez. No parece capacitado este Betis para adueñarse de la pelota y avasallar a cualquier rival, ni siquiera con el viento a favor de un gol en el primer minuto de juego. Mucho tendrán que reflexionar los dirigentes y el director deportivo, Miguel Torrecilla, sobre la idoneidad de fabricar el Betis del futuro con esta base de jugadores, pero esa cuestión ya se podrá meditar con tiempo y sin mirar de reojo a los resultados de los tres últimos clasificados.

Con la afición de uñas desde incluso antes del comienzo del duelo, el Betis apeló a una salida fulgurante para intentar templar los ánimos. Cuando se cumplía el primer minuto, Rafa Navarro conectó un buen centro que Jonas Martin llevó a la red con un excelente testarazo. Lo más difícil, que este equipo se pusiera por delante, ya estaba hecho. Pero ni así se calmó la grada.

Los continuos balonazos de los centrales, las pérdidas de Brasanac y la escasa conexión con Joaquín, el único que sabía dominar el balón, desesperaron a una afición que estaba dispuesta a mostrar su enfado con el equipo. No le pasó una a los suyos ni con la ventaja en el marcador y únicamente en los minutos finales de ese primer tiempo, de nuevo con Joaquín como estilete, tocó tímidamente las palmas.

Tampoco el Eibar inquietó demasiado. La muralla colocada por Víctor para mantener esa ventaja que era oro puro se mostraba casi infranqueable. Sólo Pedro León –¡qué temporada está cuajando el murciano!– generó peligro, ya fuera con dos centros que remataron Ramis y Kike García, o con un disparo cruzado que se marchó junto al poste izquierdo de Adán. El Betis se quitó la presión visitante desde las botas de Joaquín. Una arracanda en la que le sacó una amarilla a Capa; otra en la que penetró en el área pero su centro se quedó en las manos de Yoel; un remate directo de falta que obligó al meta eibarrés a despejar cuando el balón ya se colaba; y otro centro al área que remató Pezzella y se marchó fuera por centímetros. Toda la producción ofensiva verdiblanca desde el 1-0 llevó el sello del portuense, que regresó al equipo inicial cuatro meses después.

Ceballos celebra el 2-0 Ceballos celebra el 2-0

Ceballos celebra el 2-0 / M.J. López

De la caseta salió un Betis más templado y con más intención de disfrutar con la pelota. Tampoco es que llegase con demasiada claridad a la meta de Yoel, pero al menos el balón sí pasaba tres o cuatro veces seguidas por un jugador verdiblanco. Hasta Durmisi, pendiente toda la tarde de frenar a Pedro León, se desplegó en el ataque, en los que fueron los mejores minutos de los de Víctor.

Pero este Betis es feble y casi en la primera ocasión del Eibar en el segundo tiempo pudo llegar el empate. Gálvez cazó un balón rebotado tras un disparo de Inui y se revolvió dentró del área, pero Adán, ejerciendo de capitán fuera del terreno de juego y también dentro, desbarató la que fue la mejor ocasión visitante con una enorme parada que evitó problemas mayores.

Ahí quizá les entró algo de miedo a los verdiblancos, que dieron pasos atrás para asegurar esos tres puntos vitales. Donk y Petros entraron al campo por Joaquín y Rubén Pardo, respectivamente, y los de Víctor ya se resguardaron cerca de su portería para evitar sobresaltos. Los de Mendilibar, quizá con ese punto de relajación de los equipos que a estas alturas ya tienen conseguidos sus objetivos, tampoco tenían fuerzas para más. Si quedaban dudas, Dani Ceballos, que había entrado como primer cambio bético por Jonas Martin, tomó el relevo goleador del francés y certificó la victoria con un derechazo cruzado tras un contragolpe también guiado por él.

Con seis jornadas por delante, la permanencia en la máxima categoría ya es virtual, aunque la mediocre temporada requiere de un análisis mucho mayor. Huir hacia delante sólo servirá para que la marmota reaparezca doce meses después.

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