Betis-Las Palmas

El plan de Pellegrini triunfa, el Betis acaba feliz ante Las Palmas 1-0

  • El ingeniero acierta en el tramo inicial en el manejo de la presión y roba en el momento justo para adelantarse en el marcador

  • Los canarios pudieron empatar en la segunda mitad a través de Munir, pero el árbitro consignó en el acta un 1-0

  • Así le hemos contado el Betis-Las Palmas

Willian José remata el balón que le dio al Betis el triunfo ante Mika Mármol.

Willian José remata el balón que le dio al Betis el triunfo ante Mika Mármol. / Antonio Pizarro

Nuevo triunfo de un Betis más camaleónico que nunca. Los verdiblancos aceptaron el reto de desactivar a esta Las Palmas que tanto disfruta con su fútbol tocar y tocar y al final García Verdura, el árbitro, anotó en el acta el triunfo de la escuadra de Manuel Pellegrini por un gol a cero gracias al tanto de Willian José en la primera mitad. Es cierto que Munir también pudo igualar en el segundo acto, pero este maravilloso deporte no entiende de las ocasiones y sí de los balones que traspasan la línea de gol. Así que todo lo que había ideado el técnico chileno para que los suyos salieran como ganadores, pues funcionó y a partir de ahí conviene resaltarlo en el sentido positivo.

Es el único análisis posible cuando el árbitro ya he hecho sonar su silbato tres veces de forma consecutiva. Y a partir de ahí se puede entrar en las diferentes circunstancias para que todo aconteciera de esta manera y no de otra a pesar de que el Betis sufrió más de la cuenta en el tramo final del encuentro, cuando los cambios no le dieron la mejoría que suelen proporcionarle en las decisiones del ingeniero. Esta vez los béticos, por mucho que pudieran existir eximentes físicos para justificarlo, echaron mucho de menos las salidas del campo de Ayoze y de Isco, dos de sus principales puntales, y también que las molestias de Marc Roca obligaran a no arriesgarlo con vistas al siguiente partido en Praga contra el Sparta. Pero como lo que bien acaba, siempre es motivo de felicidad, pues eso fue lo aconteció en la fría noche en el Benito Villamarín.

La primera parte había sido más propia de una partida de ajedrez entre dos jugadores con un ránking ELO bastante elevado. Pellegrini y Francisco Javier García Pimienta manejaban a sus peones, sus torres, sus álfiles, sus caballos, su dama y su rey con una precisión impresionante. Se cuidaba hasta el mínimo detalle de la estrategia. Desde poner el césped en una situación adecuada para que el balón no corriera más rápido de la cuenta, pero que sí rodara bien, hasta saber en qué situación convenía apurar la presión arriba y en cuál no era necesario ir a hostigar a Álvaro Valles, por ejemplo.

La partida que se litigaba en ese tablero que es un campo de fútbol, a veces, era bastante rica en matices, en circunstancias. Unos tenían claro que Isco no podía recibir para no tener opción de conectar con sus compañeros, algo que no siempre consiguieron los canarios; otros sabían que la presión comenzaba cuando el balón salía de los pies de un central con la idea, incluso obsesiva, de que la ventaja debía surgir en los malos controles, en balones forzados que obligaran a la pérdida de Kirian o Perrone en el eje de la medular.

El otro apunte de la estrategia de Pellegrini estaba en obligar a Álvaro Valles al saque en largo para entonces sí ir a apretarle a Munir, Javi Muñoz, Moleiro o el que tuviera que retroceder unos metros para tratar de recibir de espaldas. Tercer punto del catecismo, tener mucho cuidado con la velocidad de Marvin, el único capaz de meter una marcha más en esta Las Palmas tan elogiada por su capacidad para tocar, pero que también se olvida no pocas veces de que el fútbol consiste en llegar a una portería que defiende el cuadro rival, algo que sí haría en la segunda mitad cuando ya estaba obligada.

Con esas premisas, el Betis supo manejarse con sapiencia. Ya había tenido una ocasión muy clara cuando Isco entró como periquito por su casa en el área visitante tras un pase de Ayoze. Ahí le sacó el balón muy bien en su salida el observado Álvaro Valles (11’), que también tuvo una buena intervención en un cabezazo franco de Chadi Riad tras un saque de esquina (13’). Volvió a avisar el central en otro testarazo en un nuevo saque de esquina (16’) y a la tercera llegó lo que perseguía Pellegrini en su plan de juego.

Fran Vieites sale con autoridad en una jugada en la que choca con Chadi Riad. Fran Vieites sale con autoridad en una jugada en la que choca con Chadi Riad.

Fran Vieites sale con autoridad en una jugada en la que choca con Chadi Riad. / Antonio Pizarro

Una presión a Perrone provocó un mal toque del argentino hacia Kirian, éste perdió el balón ante Guido Rodríguez y el pase del medio centro hacia Isco fue inmediato. El control del malagueño le dio una gran belleza a la acción, pero cuando ya estaba completamente solo ante Álvaro Valles volvió a toparse con el portero nacido en La Rinconada. Mas Willian José estuvo muy atento al rechazo para introducir el balón a la red. 1-0 en el minuto 19 y aquello ya tenía un cariz muy diferente.

Pellegrini, además, había trazado esta estrategia con el equipo que se ha convertido en básico para el chileno en las jornadas previas al parón por las selecciones. Sólo Luiz Henrique había tenido cabida en el once en detrimento de Assane Diao, aunque había un matiz mucho más importante que nada tenía que ver con los esfuerzos de los internacionales. William Carvalho cogía esta vez el timón en el centro del campo como pareja de Guido en el lugar que ha venido ocupando Marc Roca. Pese al excelente rendimiento del catalán, sus problemas físicos obligaban al técnico bético a buscar esa magia en los controles y los pases más adelantados del portugués ante esta Las Palmas. Además, esta vez sí contaba con los dos argentinos tras uno de sus vuelos transoceánicos, entre otras cosas porque ambos garantizan una anticipación y un liderazgo impresionantes.

Después de llevar si mayores sobresaltos el primer periodo, salvo una buena parada de Fran Vieites a Marvin (41’), los béticos salieron con más tranquilidad tras el intermedio. El objetivo era languidecer el juego y que llegara la opción de una contra para sentenciar. Pudo precipitarse todo en un remate de Coco contra su propia portería, pero Álvaro Valles (48’) volvió a aparecer de forma providencial para los suyos. Y desde aquí, excepto un par de contragolpes al final por parte de Fekir, ya fue un monólogo de los canarios.

El Betis perdió el control del juego con las sustituciones, sobre todo por los errores de Rodri y Guardado a la hora de retener el balón, lo que condujo a que Las Palmas diera un lógico paso adelante corriendo más riesgos. La gran ocasión visitante llegó en un pase de Sandro Ramírez hacia Munir que éste remató de forma horrible con todo a favor para respiro de todos los béticos (75’). El resto fue un continuo ataque basado en la calidad técnica, pero sin mucha profundidad. Tanto es así que las otras dos opciones peligrosas fueron sendos disparos desde fuera del área de Kirian (84’) y de Coco (89’). Curiosamente, los dos rozaron en Guardado y acabaron en dos paradones de mérito de Fran Vieites.

El Betis había amarrado los tres puntos, Manuel Pellegrini, pues, le había ganado la partida de ajedrez a García Pimienta y los béticos tienen motivos para confiar siempre en el plan de su ingeniero. Es sabio y, sobre todo, gana infinitamente más que pierde, así que emoticono de la sonrisa en el rostro y a pensar en cotas más altas. Casi nada.

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