Sergio Canales aplaudió desde el palco el rol ofensivo de Aitor Ruibal
Betis-Getafe | Nombres propios
El catalán vuelve a devolverle la confianza a Pellegrini con un partidazo que hizo olvidar al ausente Abde
La crónica: El Betis hace del fiero Getafe un tierno peluche azul (4-0)
La energía de Aitor Ruibal fue esta vez la misma que exhibió todo el Betis, desde Álvaro Valles al Cucho Hernández, para desdentar muy pronto al fiero Getafe. La condición de jugador polivalente del catalán, que era atacante cuando jugaba en el filial verdiblanco, estalló con toda su plentitud y empezó a solucionarle la noche a un equipo que despidió el año 2025 con el partido que su gran balance merecía. A su estela aceleraron Pablo Fornals y Deossa por dentro, Antony y Ángel Ortiz desde la derecha... El Getafe quedó reducido a tierno peluche azul.
Pablo Fornals | Su línea entre las dos áreas se va alargando
El centrocampista castellonense cada vez asume más peso en el juego del equipo. Ausente Isco, no renuncia a acercarse atrás para iniciar la construcción de las jugadas, pero eso no le merma su capacidad para surtir de juego a los otros atacantes o culminar él mismo.
Deossa | Cada vez más acoplado al engranaje colectivo
Nelson Deossa cuajó acaso su partido más completo con la elástica verdiblanca. Fue fundamental su trabajo y su despliegue físico para ganar pronto el centro del campo y asfixiar al Getafe y su lectura del juego fue perfecta para acudir a apoyar a las zonas adecuadas. Va a más.
Aitor Ruibal | De cómo hacer olvidar al fantástico Abde de esta campaña
Con su ex compañero Sergio Canales como testigo de excepción, Aitor Ruibal brindó un sobresaliente partido para reforzar su condición de jugador multiusos. Esta vez, Manuel Pellegrini lo prefirió a Riquelme para atacar por la izquierda y el catalán le respondió con continuas llegadas al área. Desbrozó el camino con un gran cabezazo y luego afinó con su derechazo.
Ángel Ortiz | Su intensidad es contagiosa
Otro partido muy completo el del vigoroso jugador extremeño, que trabaja la banda sin respiro arriba y abajo, abajo y arriba. Su capacidad para mantener la atención plena en cada jugada y no bajar la intensidad llega a contagiar a todos. Antony ha encontrado un buen socio, otro más.
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