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Cuidado con la ansiedad: factores que la desencadenan y síntomas que no debes obviar

Cuidado con la ansiedad: factores que la desencadenan y síntomas que no debes obviar

Cuidado con la ansiedad: factores que la desencadenan y síntomas que no debes obviar

La ansiedad podría definirse como una respuesta emocional que desencadena ante situaciones amenazantes reales o percibidas como tales. Cuando no es causada por un peligro cierto, puede aparecer repetidamente provocando miedo, angustia, inquietud o malestar elevado.

Esto es así sólo en lo referido al ámbito de la salud, porque la palabra ansiedad contiene una cierta polisemia y a veces se aplica como sinónimo de impaciencia o premura (”Ansiedad de tenerte en mis brazos”, cantaba por ejemplo Libertad Lamarque) y entonces la cuestión es otra y no tiene la misma relevancia.

Cuidado con la ansiedad: factores que la desencadenan y síntomas que no debes obviar

A los efectos de la denominación coloquial de esta dolencia, la psicóloga Mónica Sagardoy, de la Unidad de Salud Mental de Hospital Quirónsalud Digital, señala algunas de las palabras utilizadas por los pacientes para describir el estado de ansiedad: malestar intenso, angustia permanente, sensación de peligro, alarma constante, miedo atroz, zozobra, inquietud, incertidumbre, inseguridad o descontrol.

Causas que interactúan

Causas que interactúan Causas que interactúan

Causas que interactúan

Como en tantas otras patologías, la ansiedad tiene distintos orígenes y obedece a diferentes causas.

“Hay factores biológicos en individuos con alta reactividad o sensibilidad del sistema nervioso autónomo, responsable del control de la frecuencia cardíaca o respiratoria”, explica la especialista de Quirónsalud.

Por otro lado, hay factores cognitivos, según el modo en que el individuo procesa la información y la valora, de modo que depende de cuán alarmante o peligrosa la considere su respuesta será diferente en términos de ansiedad.

Y por último, añade Sagardoy, hay factores conductuales ya que “cada individuo reacciona de forma diferente ante la presencia de estímulos susceptibles de causar ansiedad, dependiendo de aprendizajes o pautas erróneas establecidas en el pasado, que condicionan reacciones futuras de manera recurrente”.

En todo caso, la ansiedad como trastorno no se debe a una mera adición de factores, sino que estos interactúan entre sí produciendo un efecto multiplicador. Es decir, muchas veces hay factores biológicos, cognitivos y conductuales entremezclados, que no resultan fáciles de discernir y que terminan por multiplicar las disfunciones. “De ahí la importancia de solicitar tratamiento ante los primeros síntomas”, según la especialista.

Atención a los síntomas

Atención a los síntomas Atención a los síntomas

Atención a los síntomas

Para la psicóloga del Hospital Digital, las señales que nos deben poner alerta y aconsejan acudir a un especialista van ligadas precisamente a las tres tipologías causales mencionadas más arriba.

“Los síntomas fisiológicos se caracterizan por la aceleración del ritmo cardíaco, molestias digestivas, sudoración, tensión muscular, dificultades respiratorias, opresión en el pecho, mareos y sensación de inestabilidad”, apunta Sagardoy.

Los síntomas cognitivos, más difíciles de discernir externamente, pero que el individuo puede percibir, son la preocupación excesiva o rumiación, el pensamiento irracional, la constante anticipación, las valoraciones negativas sobre lo acontecido, los pensamientos catastróficos y un largo etcétera de pensamientos disfuncionales también llamados distorsiones cognitivas.

Por fin, los síntomas conductuales se traducen en bloqueos, hipervigilancia, cambios en el patrón de sueño o de la alimentación, evitación en relaciones sociales y falta de control en las reacciones.

“Lo importante es ser conscientes de que la ansiedad es un trastorno y que se puede y se debe tratar mediante terapia psicológica, con ayuda de medicación controlada o mediante la combinación de ambas”, sentencia.