SIDA

Una mirada actualizada sobre el VIH

  • 40 años después de los primeros casos de Sida, el abordaje de la enfermedad dispone de mejores tratamientos que han permitido cronificar una patología otrora considerada mortal

Velas alrededor de un lazo rojo durante en una vigilia con motivo del Día Mundial de Lucha contra el Sida.

Velas alrededor de un lazo rojo durante en una vigilia con motivo del Día Mundial de Lucha contra el Sida. / NARENDRA SHRESTHA / EFE

Se cumplen 40 años de los primeros casos diagnosticados de sida. Cuatro décadas después, la infección por VIH sigue siendo un problema de salud global. De hecho, la crisis por el Covid-19 ha puesto en peligro los logros alcanzados en cuanto a los objetivos Onusida. Pese a ello, los cambios en estas décadas han sido radicales y el abordaje de la enfermedad ha mejorado notablemente. Según explica el doctor Antonio Rivero, jefe de la Unidad de Enfermedades Infecciosas del Hospital Reina Sofía de Córdoba, un cambio evidente ha sido el del perfil de pacientes. El 75 u 80% de las personas infectadas por el VIH en los años ochenta eran consumidores de drogas por vía parenteral, otro pequeño porcentaje eran las parejas de esas personas y otro porcentaje más pequeño eran hombres que mantenían sexo con hombres. “El consumo de drogas por vía parenteral fue disminuyendo y fue incrementándose progresivamente los contagios por vía sexual, especialmente en hombres que mantienen sexo con hombres”.

Así, hoy la transmisión sexual supone el origen de la inmensa mayoría de casos que se diagnostican, “de modo que la enfermedad se considere hoy sin duda como una enfermedad de transmisión sexual. Aunque se manifieste principalmente en hombres que mantienen sexo con hombres, también crecen los contagios en personas heterosexuales contagiadas de sus parejas”. Del mismo modo, atendiendo a los indicadores socioeconómicos el perfil de los pacientes ha cambiado. Antes se daba en población más empobrecida y en la última década el espectro se ha ampliado, siendo más frecuente entre personas con estudios universitarios, con buena situación económica y son personas que están bien controladas desde el punto de vista sanitario”.

Según el doctor Javier de la Torre, coordinador del Plan Andaluz frente al VIH/Sida y otras ITS, el diagnóstico precoz es clave para evitar que las personas lleguen avanzadas con el VIH porque, además de evitar que estas personas empeoren, evitamos la diseminación. Las estrategias de acción en Andalucía trabajan en tres frentes: “el primero en Atención Primaria para hacer cada vez más diagnóstico precoz en las consultas de los médicos; el segundo en las urgencias hospitalarias sobre todo con las comorbilidades más definitorias de VIH y, por último, trabajar en entornos comunitarios de la mano de las ONG, que suponen una ayuda fundamental para favorecer el diagnóstico precoz”.

La gran revolución de los tratamientos se produjo a finales de los noventa, con la disponibilidad de tratamientos antirretrovirales capaces de regenerar la inmunidad normal en pacientes que la tienen deprimida y evitar que la inmunodepresión en pacientes que se diagnostican en fases más precoces. Esto ha llevado no solo a que se disminuyen las complicaciones por VIH-Sida, sino que la esperanza de vida de los pacientes con VIH sea la misma que la de la población general. “Los tratamientos actuales son mucho más eficaces que los que disponíamos al principio, con pocos efectos secundarios, muy cómodos de administrar y esto ha redundado en que el número de pacientes que presenta actualmente carga viral suprimida sea muy alto”, explica Rivero.

Lograr suprimir la carga viral redunda directamente en la reducción de contagios

Además, subraya que la persona que tiene instaurado un tratamiento logra la supresión de la carga viral y no contagia la enfermedad. “Es por tanto un mecanismo no solo de control personal sino de control social de la transmisión de la enfermedad. Magnífica herramienta para prevenir la infección”. Ambos expertos coindicen en que, si bien los logros son inmensos, aún existen estigmas y combatirlos es uno de los objetivos tanto de las personas con VIH y los colectivos que los representan como de sociedades científicas y clínicos.

Asimismo, “existen otros aspectos relacionados con la prevención y el diagnóstico precoz de las comorbilidades relacionadas con el VIH en los que siempre se pueden hacer más esfuerzos”, señala Rivero. Especialmente, aquellos relacionados con la calidad de vida, el impacto psicológico de la enfermedad y la percepción del paciente.

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