Navidad sin prisas: claves prácticas para frenar el estrés y sobrevivir emocionalmente a las fiestas

Contenido ofrecido por Quirónsalud

claves prácticas para frenar el estrés y sobrevivir emocionalmente a las fiestas
claves prácticas para frenar el estrés y sobrevivir emocionalmente a las fiestas

09 de diciembre 2025 - 05:59

Las celebraciones navideñas concentran planes, gastos, presión social, y recuerdos que pueden disparar el estrés sin que apenas lo notemos. Tensión muscular, insomnio, irritabilidad, o la sensación de ‘tener todo por hacer’ son señales frecuentes. Anticipar acuerdos familiares, poner límites, ajustar el presupuesto y proteger rutinas básicas de descanso y de autocuidado pueden transformar unas fiestas agotadoras en unos días más amables y manejables, incluso para quienes viven solos o atraviesan un duelo.

Así lo defiende Laura Güemes, psicóloga de Quirónprevención, quien enumera las que, en su opinión, son las principales causas del aumento del estrés en esta época del año: “Las Navidades concentran varios factores que hacen que el estrés suba casi sin darnos cuenta. Por un lado, el ritmo cambia: hay más planes, más compras, y menos rutina, y el cuerpo lo nota enseguida. También existe una presión social muy fuerte por ‘vivir unas fiestas felices’, lo que genera una especie de obligación emocional, y que no siempre encaja con cómo se siente cada persona”.

Pero a esto dice que también se suma el aumento de gastos, que para muchas familias es un factor muy relevante. Igualmente, señala que en estas fechas se suelen activar recuerdos, ausencias, y comparaciones con las navidades anteriores, lo que puede remover bastante. “No es un sólo motivo: es la suma lo que hace que mucha gente llegue a diciembre ya en modo supervivencia”, aclara esta experta.

Señales de estrés estas navidades
Señales de estrés estas navidades

Niveles elevados de estrés estas navidades

Entre las señales físicas o emocionales que podrían indicar que esa persona está experimentando niveles elevados de estrés en este periodo se encontrarían, aunque podrían variar según la persona, en: “Suelen aparecer de manera bastante reconocible en estos casos la tensión muscular, el dolor de cabeza o de mandíbula, las digestiones pesadas, un sueño más ligero o irregular, o la sensación de estar agotado incluso sin haber hecho tanto”.

En lo emocional, mantiene que el estrés se nota cuando uno empieza a reaccionar con menos paciencia, cuando todo molesta un poco más, o cuando cuesta concentrarse en el día a día. “Muchas personas describen también una especie de ‘ruido mental’, como si tuvieran demasiadas cosas abiertas a la vez y no supieran por dónde empezar”, añade Güemes.

Mejor manejo de redes sociales
Mejor manejo de redes sociales

Un mejor manejo de las redes sociales

En este punto, esta psicóloga alerta de que las redes sociales pueden convertirse en estas fechas en nuestras aliadas para permitirnos estar más cerca de los nuestros, pero también todo lo contrario.

Señala así que “las redes pueden ser un reflejo muy distorsionado de lo que pasa en realidad”: “En Navidad, además, se potencia la comparación: familias felices, casas perfectas, parejas ideales, árboles llenos de regalos, por ejemplo. Y claro, cuando la vida real está llena de matices, lo que se ve en pantalla puede generar la sensación de que ‘a los demás les va mejor’”.

A juicio de esta experta de Quirónprevención, la clave está en “usarlas con intención”, así como en reducir un poco el tiempo, silenciar cuentas que generan presión, y recordar que nadie enseña sus discusiones familiares o sus momentos difíciles. “Estos consejos ayudan a desactivar esa comparación automática. A veces basta con un pequeño ‘ayuno digital’ de 24 horas en los días clave para recuperar perspectiva”, agrega.

Gestiona las navidades
Gestiona las navidades

Consejos para gestionar las navidades

Así, y a la hora de afrontar estas próximas Navidades, Güemes sostiene que no se trata de hacer grandes cambios, sino de proteger pequeñas cosas como dormir más o menos a la misma hora, no saltarse todas las comidas, intentar moverse un poco cada día (aunque sea un paseo después de comer), y dejar un par de momentos del día libres de pantallas para bajar revoluciones.

“También es muy útil poner un freno al ritmo social: decir que sí a todo es una receta segura para el agotamiento. Elegir los planes que realmente apetecen y renunciar a los que se hacen por compromiso libera mucho”, añade esta psicóloga de Quirónprevención.

A la hora de gestionar las expectativas familiares y evitar conflictos en las reuniones navideñas subraya que lo más útil suele ser anticiparse con soluciones: “Antes de juntarse, acordar ciertas cosas (horarios, quién lleva qué, qué temas evitar) puede prevenir muchos roces que se repiten año tras año. También es importante recordar que nadie tiene que sostener a toda la familia. Repartir tareas no sólo descarga, sino que ayuda a que todos se impliquen”.

Es más, Güemes considera que no hay que olvidar que también en este escenario entran en juego los límites, “que son clave” y, a veces, decir ‘prefiero no hablar de eso ahora’, o ‘voy a dar un paseo un momento’ es suficiente para frenar una discusión que no lleva a nada. “Las Navidades no necesitan ser perfectas para ser agradables”, asegura esta psicóloga.

Evitar compras impulsivas
Evitar compras impulsivas

Si hay presión económica o se vive solo

Además, muchas personas sienten presión económica en estas fechas, algo que les genera mucho estrés. Aquí aconseja gestionarla siempre porque si no se puede volver muy pesada, y para ello recomienda poner un presupuesto realista y mantenerlo: “Funciona muy bien hacer listas para evitar compras impulsivas, y proponer alternativas más sencillas como regalos grupales, detalles hechos a mano, experiencias compartidas, o incluso pactar no regalarse cosas materiales ese año”.

Cree que colabora igualmente en este sentido el recordar que el sentido original de un regalo es simbólico, y no económico. “A veces un libro escogido con intención, o una carta sincera tienen mucho más impacto emocional que un regalo caro elegido con prisas”, defiende Laura Güemes.

En el caso de las personas que viven solas o que atraviesan un duelo reconoce que “diciembre puede hacerse cuesta arriba”, por lo que lo que más ayuda suele ser planificar, aunque sea de manera sencilla, y decidir si se quiere compañía, o si se prefiere hacer algo completamente diferente a lo habitual.

“Permitirse sentir es fundamental. No hace falta forzar alegría, ni llenar los días de actividades para evitar emociones incómodas; a veces, incluir un pequeño ritual (encender una vela, escribir un recuerdo, salir a caminar en un sitio significativo, por ejemplo) ayuda más que intentar ‘tapar’ el malestar. Y si la soledad pesa, buscar contacto voluntario, una llamada, o un plan con amigos. Esto puede marcar la diferencia. No para evitar la tristeza, sino para no vivirla desde el aislamiento”, concluye la psicóloga de Quirónprevención.

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