¿Cómo afecta el estrés a la salud bucodental?: "Muchos no son conscientes de que aprietan los dientes hasta que notan dolor"

El estrés preocupa a la mitad de la población española y no todos los síntomas que se relacionan con la salud bucal está asociada al bruxismo

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Dentista / Pexels

El estrés supone un problema para más de las mitad de los españoles como índica el último Monitor de Salud Mental en España 2025. Un 36% lo identifica como una de sus principales preocupaciones sanitarias. Un problema que, más allá de su impacto emocional, está dejando huella en la salud bucodental, un vínculo poco conocido incluso entre quienes acuden regularmente al dentista.

El estrés está relacionado con muchos de los problemas que se presentan en las consultas odontológicas. Estas personas rechinan los dientes, presentan encías que se inflaman sin motivo aparente o dolores musculares que no responden a tratamientos convencionales. En muchos de estos casos, el origen no está en una infección ni en una mala higiene.

La doctora Almudena Herraiz, odontóloga y especialista Ortodoncia en la Clínica Herraiz Ortodoncia, advierte que “el estrés puede afectar de múltiples maneras a la boca, y no solo a través del bruxismo- hábito inconsciente de apretar o rechinar los dientes, tanto de día como de noche- que es lo más conocido”. Según la especialista, esta tensión sostenida “puede alterar la inmunidad local, provocar aftas, retrasar la cicatrización y generar incluso dolor o sensibilidad sin causa aparente”.

“Cuando una persona vive en un estado de tensión constante, el cuerpo produce más cortisol, una hormona que, en exceso, debilita el sistema inmunitario y altera la flora bucal. Esto puede traducirse en aftas recurrentes, encías inflamadas, sangrado, retraso en la cicatrización tras extracciones o implantes, e incluso neuralgias o dolores sin causa aparente”, detalla la especialista.

Muchas personas sufren de bruxismo y este puede provocar desde dolor mandibular hasta rigidez cervical, bloqueos articulares, chasquidos al abrir la boca y fracturas en empastes, coronas o carillas. Según Herraiz, cada vez más pacientes jóvenes, especialmente millennials y profesionales de entre 25 y 40 años, presentan signos de desgaste dental o sensibilidad extrema: “Son perfiles que viven conectados, con ritmos acelerados y poco descanso. Muchos no son conscientes de que aprietan los dientes hasta que notan dolor o que los dientes parecen más pequeños. En ocasiones, el primer aviso es estético, pero detrás suele haber un proceso inflamatorio o muscular importante”.

Los odontólogos recomiendan acudir a revisión ante cualquier sensación de presión en los molares o premolares, rigidez al despertar o dolor difuso en mandíbula, cuello o sienes. “Esas molestias no siempre tienen que ver con una caries o una muela del juicio: muchas veces son contracturas derivadas del estrés”, puntualiza Herraiz. Detectarlas a tiempo puede evitar fisuras o fracturas mayores, contracturas musculares crónicas o incluso problemas en la articulación temporomandibular (ATM).

Cómo prevenir el estrés para que no afecte a la salud bucal

Estos los hábitos cotidianos ideales para que no aumente la tensión mandibular, según recumienda la doctora Herraiz:

  • Dormir lo suficiente y evitar apretar el mentón contra la mano o apoyar la cara durante el trabajo o el estudio, ya que esa presión impacta directamente en la articulación.
  • Mantener una postura cervical correcta para reducir la carga muscular en la mandíbula.
  • Limitar el consumo de chicles o alimentos muy duros, que sobrecargan los músculos masticatorios.
  • Acudir al dentista ante los primeros signos de sobrecarga o desgaste, antes de que aparezcan fracturas o síntomas más severos.
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