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Hacia una atención más personalizada

  • Expertos debaten en Infarma sobre un nuevo papel de la Farmacia que pase por realizar programas de autocuidado o incluso ser un soporte en investigación

Las Oficinas de Farmacia no son solo son un lugar de dispensación de medicamentos, sino que en realidad tienen también su función como punto de atención sanitaria. Sin embargo, en un momento en el que cada vez hay más enfermos crónicos, quizás sea el momento de dar un paso más, y apostar por una atención mucho más personalizada a los pacientes, para lo que es necesario una conexión más directa con los profesionales sanitarios, sobre todo los de Atención Primaria. Esta ha sido una de las conclusiones que se han extraído en el contexto del Encuentro Europeo de Farmacia Infarma, que en esta última edición en Madrid celebra su 30 aniversario y que se sitúa entre las diez ferias y eventos profesionales y comerciales de carácter nacional más relevantes para los profesionales.

Al mismo acudían personalidades como Eduardo Pastor, presidente del Grupo Cofares, que explicaba que la distribuidora también tiene un papel fundamental, ya que permite "dar las soluciones necesarias para que los farmacéuticos tengan una interacción con los pacientes". Asimismo, Pastor insistía en que desde la farmacia se tiene la capacidad de "influir en la educación para la salud del paciente, en fomentar estilos de vida más saludables y ayudar a que cumplan mejor el tratamiento farmacológico".

Desde la farmacia es posible mejorar la educación para la salud del paciente"La colaboración con las asociaciones puede impulsar la realización de estudios"

Aportando la postura de los propios farmacéuticos, Óscar López Moreno, vocal de titulares de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid (COFM), explicaba que, de hecho, son muchas las iniciativas que ya se llevan a cabo en la farmacia comunitaria, tales como campañas estacionales o consejos sobre higiene y hábitos de vida. Pese a ello el experto insistía en que esta labor del farmacéutico "se debe estructurar en algo más que acciones puntuales", matizando que "los objetivos deben ser concretos y se deben poder medir". Igualmente, para que esto fuera efectivo, el experto no olvidaba que estas acciones también necesitan "de formación y reconocimiento para el farmacéutico que las lleve a cabo, y por qué no, también de una remuneración".

En este sentido remarcaba que es fundamental la colaboración con las asociaciones de pacientes, puesto que se comparten objetivos como mejorar el empoderamiento del paciente, el cumplimiento de los tratamientos o el conocimiento de la enfermedad. Así, intervenía también en este foro Antonio Bernal, presidente de la Alianza General de Pacientes, que comenzaba afirmando que si bien "los pacientes han cambiado, la Farmacia también debe de cambiar".

El experto recordaba que el farmacéutico es "un profesional universitario formado y especializado en medicamentos, y eso no siempre se transmite a la sociedad", además de ser "el punto de salud más cercano y numeroso, y con garantía de acceso a todos los pacientes".

De esta forma proponía iniciativas como que el farmacéutico pueda acceder a la historia clínica, a petición del paciente, para que pueda conocer las interacciones o efectos secundarios del tratamiento, o realizar programas de autocuidados en un área que no sea el mostrador, sino más personalizada. Asimismo proponía que la Farmacia colabore en la realización de estudios sobre patologías con las asociaciones de pacientes, ya que "es el espacio perfecto" debido a la afluencia y cercanía, además de que haga un seguimiento de los pacientes crónicos, incluso los oncológicos, una vez se haya superado la etapa aguda de la enfermedad, de manera que se ayude a no sobresaturar otros servicios sanitarios.

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