Carlota Serra, nutricionista: "El sofrito es una joya antiinflamatoria"

Cuál el es el mejor antiinflamatorio natural

Tiene muchos beneficios y algunos estudios demuestran que ayuda a reducir los niveles de colesterol

El poder antiinflamatorio de este aceite esencial como aliado frente al calor extremo

Carlota Serra, nutricionista
Carlota Serra, nutricionista / Freepik

En la cocina andaluza, hay un plato que siempre ha estado presente. Se ha cocinado durante siglos a fuego lento y ha pasado de generación en generación. Sin duda, este es el sofrito. Lo más importante es que esta mezcla de tomate, ajo, cebolla y aceite de oliva tiene muchos beneficios y la nutricionista Carlota Serra lo explica en este vídeo para sus seguidores: "Una sola dosis podría ayudar a reducir la inflamación en el cuerpo, ya que se vio que disminuía los niveles de PCR y TNF Alfa que son dos biomarcadores de inflamación". Esta enfermedad es silenciosa y afecta al sistema inmunológico, generando daños en tejidos y órganos.

El sofrito es una joya antiinflamatoria que se puede integrar fácilmente dentro de la dieta mediterránea. En conjunto este plato genera compuestos bioactivos con efectos protectores para la salud. Como indica la nutricionista: "El tomate es rico en licopeno, un antioxidante con efecto cardioprotector que cocinado a fuego lento multiplica sus poderes, sobre todo, si se llega a los 60 minutos de cocción". Cuando lo tomamos crudo, el cuerpo lo absorbe de manera muy limitada, mientras que en esta mezcla su absorción se multiplica. Además, con la quercetina presente en la cebolla y la alicina en el ajo, ambos con poderes antiinflamatorios ocurre lo mismo.

El aceite de oliva virgen extra conocido también con el nombre de oro líquido ayuda a potenciar este plato y ayuda a prevenir otras enfermedades cardiovasculares o cerebrales como la demencia. El sofrito, en conjunto, mejora la salud intestinal porque tiene un efecto prebiótico y algunos de sus ingredientes alimentas a las bacterias beneficiosas del intestino y promueven su crecimiento, reduce la presión arterial porque sus ingredientes ayudan a relajar los vasos sanguíneos y mejoran la circulación y ayuda a controlar los niveles de colesterol porque el licopeno es un antioxidante que previene la formación de placas en las arterias.

Además, el sofrito no se consume solo y forma parte de muchos guisos, potajes, arroces y otros platos de la dieta mediterránea. Este es otro de sus poderes, ya que se puede combinar como más guste a cada uno y jamás resultará una combinación pesada, si no todo lo contrario, dará mucho sabor al resto de alimentos.

Receta del sofrito

Aunque esta receta puede variar según las regiones e, incluso, las familias -ya que es un plato con siglos de antigüedad-, la clave está en incluir estos alimentos: el tomate, la cebolla, el ajo, el pimiento y el aceite de oliva y cocinarlos a fuego lento hasta que estos estén tiernos. Se trata de aprovechar todas las verduras que se tengan en la nevera antes de que están se pongan mala y acaben en la basura. Además, como se puede congelar y en la nevera puede durar hasta siete días, siempre se puede preparar guisos muy ricos sin invertir tanto tiempo en la cocina.

Referencias bibliográficas:

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