Síndrome de Ménière: qué es, cuáles son sus síntomas y cómo prevenirlo

El síndrome de Ménière es un trastorno del oído interno que afecta al equilibrio y a la audición. Fue descrito por primera vez por el médico francés Prosper Ménière en 1861 y, desde entonces, ha sido objeto de estudio y atención médica debido a sus impactantes síntomas y la complejidad de su origen.

Aunque la causa exacta del síndrome de Ménière no se comprende completamente, se cree que está relacionada con una acumulación anormal de líquido en el oído interno, conocido como la endolinfa. Algunas personas parecen tener una predisposición genética al síndrome de Ménière, ya que se ha observado que algunas familias tienen múltiples casos de la enfermedad.

El tratamiento del síndrome de Ménière se centra en el manejo de los síntomas y la prevención de los ataques. El pronóstico de los científicos es que 6 de cada 10 personas mejoran por sí solas o pueden controlar su vértigo con dieta, medicamentos o aparatos. Sin embargo, hay un pequeño grupo de personas con la enfermedad de Ménière que sólo sentirá alivio si se le practica una cirugía.

Síntomas principales

Este trastorno es especialmente frecuente en el tramo de edad que oscila de los 40 a los 60 años, aunque puede aparecer a cualquiera, incluso en niños y ancianos. No se conoce la causa de esta acumulación, pero podría estar relacionada con un aumento de la producción de este líquido, un bloqueo en la circulación del mismo o bien porque disminuye su absorción y se manifiesta con los siguientes síntomas:

1. Vértigo rotatorio: Uno de los síntomas más distintivos es el vértigo, que se manifiesta como una sensación intensa de girar o moverse, y puede ir acompañado de náuseas y vómitos. Deben darse dos o más episodios de vértigo que duran al menos 20 minutos cada uno.
2. Pérdida de audición: Las personas con el síndrome de Ménière experimentan una pérdida temporal de la audición, generalmente en uno de los oídos. Esta pérdida auditiva puede variar desde leve hasta severa.
3. Zumbido en los oídos (tinnitus): Muchos pacientes experimentan un zumbido persistente en el oído afectado. Este sonido puede ser constante o intermitente y puede variar en intensidad.
4. Sensación de que el oído está lleno: Los afectados a menudo sienten presión o plenitud en el oído afectado, como si estuviera tapado. También se producen alteraciones en la producción, absorción o drenaje del líquido endolinfático.

Prevención de los ataques

Aunque tiene un componente genético y es una enfermedad crónica, se pueden tomar algunas medidas con las que prevenir o aminorar los ataques:

1. Elimina el alcohol de tu dieta y deja de fumar si lo hacías.
2. Reduce la sal en tu dieta.
3. Lee las etiquetas de los alimentos para saber qué ingredientes llevas y si los puedes consumir
4. Intenta tomar la misma cantidad de líquido a la misma hora todos los días.
5. Haz un uso responsable de los medicamentos
6. Disminuye o elimina la cafeína y la teína de tu día a día.
7. Duerme lo suficiente.
8. Controla el estrés.
9. Practica ejercicio físico regularmente
10. Evita los movimientos bruscos y las luces brillantes durante los ataques.
11. Protégete. Cuando empieces a sentir mareos, busca un punto de apoyo donde sujetarte o túmbate si fuera necesario. La cuestión es evitar caídas.